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No hay límites, bueno, quizás el cielo, pero solo eso, quizás, pues así, jugando de eso modo, como si de tomarse un café en la mañana se tratase, con Luka Doncic en completo estado de gracia, los Mavericks de Dallas han retomado la mejor senda, la del triunfo y dan la idea de ir hacia el infinito.

Y no fueron 60, siempre no pueden ser 60, menos aún en el mejor baloncesto del mudo, 60 ya es otro nivel, tal vez reservado para los semidioses, como Doncic, “El niño maravilla”, pero igual todos los días no pueden ser 60 puntos y no lo fueron, no fueron 60 y sin embargo, una vez más el esloveno salió a pasear en una jornada pletórica, 35 puntos, 12 rebotes y 13 asistencias.

El recital de Doncic

Otra vez en casa, allí en el tabloncillo del American Airlines, el balcánico dio un recital ante los Houston Rockets con su octavo triple doble de la actual campaña, guiando a su equipo al triunfo final 129-114.

Refiere As que Doncic acabó viendo el partido desde la banca, pues la oportunidad se mostraba idónea para que el coach Jason Kidd le diera un merecido descanso, así y todo, ya saben lo que pasó, Luka casi alcanza los 40 cartones, con esa sonrisa suya tan peculiar, esa del niño que nunca creció.

Sin piedad

Los de Kidd no tuvieron piedad con los jóvenes de Stephen Silas y con el triunfo arribaron a 20 éxitos, para con marca de 20-16 ubicarse quintos, metiéndose de lleno en la pelea dentro de la siempre difícil Conferencia Oeste.

Cabe resaltar que fue la quinta victoria seguida para Dallas, siempre con Doncic marcando la diferencia, así colosal, siendo un revulsivo; 50 puntos ante Lakers, 32 ante Rockets, 60 ante Knicks y ayer otra vez ante Rockets esos 35 que bien pudieron ser 40 o 50.

En menos de dos meses, a finales de febrero, Luka Doncic cumplirá 24 años y allí, frente a la estatua de Dirk Nowitzki, el también europeo, esculpe su leyenda en cada salida y todos en el lejano Texas, piensan que este definitivamente será su año de consagración y quien sabe si algo más.