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El enfrentamiento entre los Golden State Warriors y los New York Knicks tenía un ingrediente extra de tensión: la disputa entre Draymond Green y Karl-Anthony Towns. El partido, que terminó con una ajustada victoria de los Warriors 97-94, no solo fue una prueba de alto nivel competitivo, sino también una exhibición de emociones y roces que dejaron huella en la cancha.
Un enfrentamiento con historia
El contexto del duelo venía marcado por declaraciones previas. Draymond Green, siempre polémico y directo, había insinuado que Towns evitó el primer enfrentamiento entre ambos equipos debido a la presencia de Jimmy Butler, con quien KAT ha tenido conflictos desde su etapa en los Minnesota Timberwolves. Aunque Green ofreció una disculpa días antes, la tensión entre ambos jugadores seguía latente.
Desde el primer cuarto, Towns dejó claro que estaba listo para responder dentro de la cancha. Con 11 puntos y 5 rebotes en los primeros minutos, mostró un dominio ofensivo que incomodó a la defensa de los Warriors. Sin embargo, Green, fiel a su estilo, no dejó pasar la oportunidad de provocar. Tras forzar una pérdida de balón de Towns, miró a la cámara y lanzó un claro mensaje: “Es blando”.
El partido estuvo lleno de momentos intensos. Green, tras provocar la tercera falta de Towns, se dirigió al banquillo de los Knicks señalando que era momento de que el pívot se sentara. Sin embargo, a pesar de las provocaciones, Towns no se desmoronó y firmó un gran partido, terminando con 29 puntos y 12 rebotes, con un 57.1% en tiros de campo.
Green responde con su estilo
Pero si algo caracteriza a Draymond Green es su capacidad para encender los ánimos y, al mismo tiempo, ser un factor clave en momentos decisivos. Con el partido en la línea, el veterano ala-pívot anotó dos tiros libres cruciales a falta de un minuto y, posteriormente, selló la victoria con una entrada a canasta sobre Towns. Para coronar el momento, Green celebró con el icónico gesto de “Night Night”, popularizado por Stephen Curry.
Pese a su intensidad en la cancha, Green no dudó en reconocer el esfuerzo del rival en la entrevista post-partido:
“Karl tuvo un gran juego y los Knicks lo siguieron. OG [Anunoby] jugó muy bien, Mikal [Bridges] también. Un equipo entrenado por Tom Thibodeau siempre juega fuerte.”
A pesar del elogio, el daño ya estaba hecho. La rivalidad entre Green y Towns parece estar más viva que nunca, y este encuentro solo añadió más combustible a la controversia.
Los Warriors siguen en ascenso
Más allá del enfrentamiento personal, los Warriors lograron su séptima victoria consecutiva, afianzando su recuperación en una temporada en la que han tenido que luchar por mantenerse en la pelea de la Conferencia Oeste. Como de costumbre, Stephen Curry fue fundamental, anotando 28 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias, además de alcanzar el hito de los 4,000 triples en su carrera.
Otro factor clave en la victoria de los Warriors fue Moses Moody, quien con 18 puntos y dos robos en el último cuarto, marcó la diferencia en un partido de bajo puntaje. Su desempeño fue reconocido por Green en la rueda de prensa posterior:
“Está mostrando una madurez impresionante. Dijo algo muy inteligente: ‘Pude desarrollarme en la universidad, pero elegí hacerlo en la NBA. Este es mi camino’. Es un jugador que se ha ganado su lugar y se nota en su crecimiento.”
Los Warriors se encuentran ahora en una pelea cerrada por la clasificación a los Playoffs del Oeste, mientras que los Knicks, a pesar de la derrota, siguen en la parte alta de la Conferencia Este con un récord de 42-24, esperando el regreso de su estrella Jalen Brunson.
Conclusión: Más que una simple rivalidad
El duelo entre Draymond Green y Karl-Anthony Towns es solo un reflejo de la intensidad con la que se juega en la NBA. Más allá de las provocaciones y la rivalidad personal, ambos demostraron que pueden ser figuras clave en sus respectivos equipos.
Para los Knicks, este partido representó una prueba de carácter, mientras que para los Warriors, fue un nuevo paso en su lucha por consolidarse en los puestos de playoffs. Pero lo que queda claro es que, cada vez que Towns y Green se enfrenten, la NBA tendrá garantizado un espectáculo lleno de emoción, intensidad y, por supuesto, un poco de drama.