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Fueron 150 pero pudieron ser 160, 170, 200 puntos incluso y es que anoche ante los Chicago Bulls, los Timberwolves le mostraron al mundo del baloncesto lo que pueden lograr cuando funcionan como equipo, como ese equipo que esperan ver todos en Mineápolis y más allá.

En un domingo histórico, sin Rudy Gobert y sin Karl Anthony- Towns, los de Minessota sacaron la casta que todos saben que existe, esa que ha permanecido oculta, aflorando a ratos, como anoche, la misma que los puede llevar bien lejos en esta campaña y en los años siguientes y con esos 150 puntos establecieron un nuevo récord de anotación para la franquicia, tal como lo cuentan Marca y ESPN.

No estuvieron Towns ni Gobert, pero si Anthony Edwards y D Angelo Russell, quienes con un desempeño loable desde el mismo primer minuto dejaron sin opciones a unos alicaídos Bulls, que parecen más un equipito de quinta que uno de la élite en NBA y aquellos años de gloria de la mano de Phil Jackson, con Jordan, Pippen y compañía, aquellos años están muy alejados en el tiempo.

La acción

Por un lado, estuvieron los 37 puntos, 11 asistencias y 7 rebotes de Edwards, por el otro, Russell se lució con 28 cartones, 8 asistencias y de 10/7 en triples.

El momento fue tal, que todo le salía bien a los Timberwolves y hasta figuras no habituadas a ser referentes, se sumaron a un despliegue ofensivo de magnitud colosal. Así llegaron 16 puntos de Nathan King y 15 de Jaden McDaniels y ante la mirada atenta de Billy Donovan, los Timberwolves emularon una hazaña que no ocurría desde 1982, justo cuando los Pistons de Detroit le endosaron 152 cartones a los Bulls, por aquel entonces, hace ya 40 años.

La trascendencia

Fue una masacre, en el plano deportivo y la analogía nos da la posibilidad de pautar el significado de lo ocurrido este 18 de diciembre; un elenco muy grande, encontrando tal vez la dinámica que habían buscado desde finales de octubre y otro sumergido un abismo del que parecen no saldrán jamás y en la mirada de Zach LaVine y DeMar DeRozan se puede ver el momento de incertidumbre total que vive el grupo.

No, no es cuento, pudiera parecer el comienzo de alguna fábula, pero no, fue real, ahí están los hechos, los Timberwolves masacraron a los Bulls y después de ayer, hoy, la sensación de comienzo genera más que ilusión en la fanaticada del elenco de Mineápolis y eso es lo mejor.