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El Real Betis atraviesa momentos de incertidumbre con una de sus piezas clave. Isco Alarcón, cerebro del conjunto verdiblanco y uno de los nombres más determinantes de la temporada, tuvo que pasar nuevamente por el quirófano tras no evolucionar favorablemente de una lesión sufrida a principios de febrero. El jugador malagueño enfrenta ahora una recuperación prolongada e incierta que mantiene en vilo al cuerpo técnico, a la afición y a todo el entorno bético.

Una recaída que obliga a comenzar de nuevo

El pasado 4 de febrero, durante un vibrante partido ante el Getafe, Isco cayó al césped en el minuto 83 tras una carrera intensa por el balón. La imagen fue clara: dolor agudo en la parte posterior del muslo izquierdo, gestos de sufrimiento y preocupación inmediata. Días después, el parte médico oficial confirmaba el diagnóstico: una lesión miotendinosa proximal en la musculatura isquiotibial izquierda.

Inicialmente se optó por un tratamiento conservador, pero la evolución no fue la esperada. Tras semanas de evaluación y molestias persistentes, el mediapunta fue sometido a una segunda intervención quirúrgica, centrada en estabilizar la zona dañada y permitir una recuperación completa.

¿Qué es una lesión isquiotibial y por qué es tan temida por los futbolistas?

La musculatura isquiotibial está compuesta por tres músculos ubicados en la parte posterior del muslo, cuya función principal es permitir la flexión de la rodilla. Este grupo muscular es especialmente vulnerable en deportistas que realizan arranques explosivos, giros, saltos o golpes de balón en movimiento, tal como ocurre en el fútbol de alto nivel.

La lesión puede presentarse en diferentes formas: desde una distensión leve hasta una rotura parcial o completa del tendón o del músculo, generalmente del bíceps femoral. En casos como el de Isco, se habla de una afectación proximal, lo que indica que la zona dañada se encuentra cerca de la cadera, lo que complica aún más la recuperación por su alta implicación funcional.

Dolor repentino, inflamación y un proceso largo

Este tipo de lesión no solo provoca un dolor agudo inmediato, sino que también suele generar inflamación, sensibilidad extrema y, en ocasiones, hematomas visibles por el desgarro de fibras musculares. En los días posteriores, el jugador puede incluso ser incapaz de apoyar el pie en el suelo debido a la debilidad de la zona.

El tratamiento requiere de una cuidadosa planificación por parte del cuerpo médico, ya que cualquier sobreesfuerzo prematuro puede provocar recaídas que alarguen aún más la baja, tal como ha sucedido con el propio Isco.

Una recuperación dividida en fases

Aunque cada organismo responde de manera diferente, la recuperación estándar de una lesión isquiotibial de esta naturaleza suele dividirse en cuatro fases:

  • Fase 1: Reposo absoluto (aprox. 7 días)
    Incluye aplicación de frío, masajes desinflamatorios y reposo con la pierna en alto para reducir la hinchazón.

  • Fase 2: Reactivación leve (2-3 semanas)
    Se introducen ejercicios suaves en piscina o bicicleta estática, sin impacto, según el umbral de dolor.

  • Fase 3: Fortalecimiento y estiramientos (3-5 semanas)
    Trabajo muscular más específico, con estiramientos controlados y ejercicios de bajo impacto para evitar recaídas.

  • Fase 4: Retorno progresivo (tras 6-8 semanas)
    Se reintroduce la práctica deportiva bajo estricta supervisión médica, evaluando el estado funcional del músculo lesionado en todo momento.

En el caso del jugador del Betis, el proceso se ha visto alterado por la necesidad de una nueva cirugía, lo que obliga a extender los plazos habituales. El club no ha ofrecido una fecha estimada de regreso, pero se asume que su reincorporación no se producirá en el corto plazo.

Un golpe duro para el Betis en plena lucha europea

La ausencia prolongada de Isco representa un contratiempo de peso para el Real Betis, que se encuentra inmerso en la pelea por los puestos europeos. El malagueño no solo aporta talento y visión de juego, sino también experiencia y liderazgo dentro del vestuario. Su impacto desde que llegó al club ha sido notable, y su baja obliga a Pellegrini a reinventar el mediocampo con recursos limitados.

Además, este nuevo contratiempo supone un desafío psicológico para el futbolista, quien deberá afrontar un proceso largo, con momentos de frustración y paciencia. Su entorno, el cuerpo médico y la afición estarán llamados a sostenerlo durante esta etapa clave.

Isco se reinventa, otra vez

El camino hacia la recuperación será largo, pero Isco ya ha demostrado capacidad para reinventarse en más de una ocasión. En uno de sus mejores momentos desde que llegó al Real Betis, esta lesión representa un obstáculo duro, pero no definitivo. El fútbol, como la vida, siempre ofrece revanchas, y el talento del malagueño merece una nueva oportunidad en el césped. El Villamarín lo espera con los brazos abiertos.