Your browser doesn’t support HTML5 audio
Han pasado 17 años desde que allá por 2006, José “Piculín” Ortiz, ya convertido en leyenda, anunciará su retiro del baloncesto estampando su nombre para siempre, en lo más alto de este deporte, no solo en Puerto Rico, también en todo el orbe, en cada lugar donde el emblemático jugador pisó la duela.
Y es que el nativo del Cayey, allí en pleno corazón de la Isla del Encanto, refrendó en todo momento de su carrera su condición de estelar, erigiéndose como figura de los diferentes elencos que formó parte.
El legado de José “Piculín” Ortiz
Si antes, Juan “ Pachín” Vicens, Rafael Valle, Raymond Dalmau, Héctor Blondet y Mario Morales habían realzado la impronta del baloncesto criollo en Mundiales, Torneos Centrobasket y Juegos Olímpicos; con la irrupción de “Piculín” Ortiz, el legado trascendió hasta rosar la épica, acentuando los tonos de una mística que perdura hasta nuestros días.
Ortiz debutó en el Baloncesto Superior Nacional (Liga Profesional de Puerto Rico) con los Atléticos de San Germán allá por 1980, ganando la corona en 1985, 1991 y 1994.
En 1998, pasó a los Cangrejeros de Santurce, llegando a ganar otros 5 títulos.
A finales de los 80, brilló en el baloncesto colegial de Estados Unidos, vistiendo la franela Oregón State, siendo escogido por el Utah Jazz en el Draft de 1987.
José “Piculín” Ortiz en la NBA
Solo estuvo dos campañas en la NBA, donde dejó un registro de 2,9 puntos y 1,1 rebotes por partido en un total de 64 choques.
Piculín fue un trotamundos, estuvo en España, jugando con el Real Madrid, el Barcelona y Unicaja Polti y en 8 años, legó 15,2 puntos y 7,3 rebotes en más de 170 juegos.
El antillano no se detuvo en suelo ibérico, también pasó por Grecia y hasta en Venezuela dejó su huella.
José “Piculín” Ortiz fue referente con la selección nacional de Puerto Rico
Desde su entrada en 1983, José “Piculín” Ortiz fue un revulsivo en la selección nacional de Puerto Rico, siendo el líder habitual de aquella generación dorada que entre mediados de los 80 y comienzos de los 90, plantó bandera en Mundiales, Olimpiadas, Juegos Panamericanos y Centrobasket.
De manera particular cabe destacar su papel en el Mundial de 1990, cuando junto a Jerome Mincy comandó a “los doce magníficos” hasta las semifinales, instancia donde cedieron ante la Union Soviética y después frente a Estados Unidos en un memorable tiempo extra 107-105.
Se despidió como los grandes y el preolímpico de 2003, fue el escenario ideal para que Ortiz, ya con 40 años, cerrará con broche de oro, logrando una línea de 21 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias en la victoria de Puerto Rico contra Canadá 79-66.
Del Cayey para el mundo, así fue José “Piculín” Ortiz y hoy le rendimos el mejor de los homenajes.
Noticias relacionadas