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No es Allen Iverson, aquel que, por una década, entre finales de los 90 y comienzos de los 2000 se ganó el respeto de los amantes del baloncesto y luego de aquella memorable temporada con los Sixers (2000- 2001), cuando ganó el MVP y quedó a las puertas del título, casi acaba siendo declarado hijo ilustre de Filadelfia.

No es Iverson, es Embiid, Joel Embiid, el mismo que veintidós años después yace sentado allí, en un rincón apartado del banquillo de visitante en el TD Garden, viendo como otra vez, en otro juego siete, en otros playoffs, ha vuelto a perder.

Es Embiid, el oriundo de Camerún que debió ser la rencarnación de Iverson, de Moses Malone y Julius Erving, quizás hasta del propio Wilt Chamberlain, el otro gran icono de la franquicia y 40 años después de aquel último título en 1983, debía ganar, al menos pintaba para eso.

La maldición

Es el infame Doc Rivers- dicen muchos, otros sin embargo piensan que se trata de la maldición de “El Proceso”, ese largo período de reconstrucción que inició allá por 2012 y debía cuajar en 2019, tal vez en 2020, pero no, el equipo irrumpió como una tromba, primero con Embiid y Ben Simmons, más tarde con Embiid y James Harden, sin embargo, una y otra vez, el sesgo de la derrota ha marcado la pauta, como si de un pérfido conjuro se tratase.

Acabará con la maldición- aseguraron, pues tal como reseñan Marca y As, desde que Stephen Curry levantó el trofeo en 2015, ningún MVP ha podido coronarse campeón de la NBA. Fue lo que ocurrió en 2016 con el propio Curry, después en 2017 con aquel increíble Russell Westbrook, en 2018 con James Harden, en 2019 con Giannis Antetokounmpo y en los dos últimos años con Nikola Jokic.

El MVP que no fue

Embiid, lo tuvo todo para reescribir la historia, un sexto partido en Filadelfia y después ese séptimo choque en Boston, pero no, ya se había eclipsado y de promediar 33,1 puntos por encuentro en la ronda regular, estampó poco más de 20 en estas eliminatorias, quedando a deber en estos trances decisivos.

Había pasado antes, en 2021 con Atlanta, después con el Heat y ahora con los Celtics…era el flamante MVP, pero en la duela lucía como espectro, cual espejismo; cero carácter, cero liderazgo, cero talante de MVP, cero, cero…

El drama perenne que no quiere acabar

Luego del nuevo fracaso, Joel Embiid se erigió como el primer MVP que no ha jugado en unas Finales de Conferencia y el suceso en sí, moldea a la perfección el tono dramático del momento.

Se habla de cambios, de revolución interna incluso, pero siempre es así, como sea pasará otro año, habrá salido un nuevo campeón, iniciará la nueva campaña y de seguro, los Sixers volverán a postemporada y en ese entonces, todos nos preguntaremos… ¿acabará la maldición?