Your browser doesn’t support HTML5 audio

Después de más de dos años fuera de las canchas, Lonzo Ball volvió a disputar un partido oficial. El base de los Chicago Bulls jugó su primer encuentro desde 2022, rompiendo una sequía de más de 1,000 días. Aunque el regreso ocurrió inicialmente durante los amistosos de pretemporada, este enfrentamiento contra los New Orleans Pelicans marcó su vuelta definitiva a la competición oficial. Pese a que los Bulls cayeron derrotados en Nueva Orleans, el verdadero foco estuvo en la recuperación del jugador y en su capacidad para volver a un nivel competitivo.

Lonzo, que entró en acción en el primer cuarto, disputó un total de 13 minutos. Durante su tiempo en pista, anotó 5 puntos, repartió 4 asistencias y capturó 2 rebotes. Al finalizar el partido, el base expresó su emoción por estar de vuelta, aunque también subrayó que su retorno fue más controlado de lo que podría parecer.

Un regreso cauteloso

“Ha sido bastante similar a los partidos amistosos”, comentó Ball tras el encuentro. “Tuve los mismos tiros y minutos, y el objetivo sigue siendo aprovechar al máximo cada oportunidad. Claro que quiero estar en la cancha todo el tiempo, pero debo seguir el plan del equipo médico para asegurarme de estar bien a largo plazo”. Su enfoque es prudente, pero optimista. Sabe que el proceso es gradual y está dispuesto a trabajar para aumentar sus minutos conforme avance la temporada.

El entrenador de los Bulls, Billy Donovan, también resaltó que el regreso de Ball debe manejarse con cuidado. “No vamos a apresurar su recuperación. Está volviendo de una lesión seria y queremos asegurarnos de que su retorno sea sólido y sin contratiempos”, afirmó el técnico.

Impacto limitado pero positivo

En los 13 minutos que Lonzo estuvo en cancha, su presencia fue medida. Donovan optó por dividir su participación en pequeños tramos para evitar sobrecargas. En el segundo cuarto, Lonzo tuvo su periodo más extenso, con casi siete minutos consecutivos en los que, a pesar de no anotar, demostró una sólida defensa y buena distribución, ayudando a que los Bulls redujeran la diferencia con un parcial positivo de +10.

“Cada vez que el entrenador diga mi nombre, voy a intentar darle buenos minutos”, aseguró Ball. “Estoy contento de poder jugar, aunque, por supuesto, me habría sentido mejor si hubiésemos ganado. Vamos a por el siguiente partido”. Estas declaraciones reflejan no solo su satisfacción por regresar, sino también su enfoque competitivo, que sigue intacto.

Mirando hacia el futuro

La gran pregunta ahora es cuándo Lonzo podrá tener más protagonismo en los partidos. Tras tanto tiempo alejado de las pistas debido a problemas en su rodilla, el jugador está siendo llevado con cautela, pero el optimismo en torno a su evolución es alto. Si bien no es probable que veamos a Ball jugando grandes minutos en los próximos partidos, la expectativa es que, con el paso de las semanas, se recupere su rol protagónico en el equipo.

Lonzo Ball, de 26 años, es una pieza fundamental en el esquema de los Chicago Bulls, sobre todo por su capacidad defensiva y su visión de juego. En su última temporada completa con los Bulls, había mostrado un rendimiento excelente tanto en ataque como en defensa. El equipo confía en que, con el tiempo, pueda volver a ser ese jugador clave que lidere desde la posición de base, algo esencial para las aspiraciones de Chicago en una Conferencia Este que cada vez es más competitiva.

El camino hacia la recuperación total aún está en curso, pero el regreso de Lonzo Ball marca un hito importante en la temporada para los Bulls. Y para el propio jugador, es una señal de que, tras mucho esfuerzo y paciencia, está cada vez más cerca de recuperar su mejor nivel.