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El nombre de Zion Williamson ha sido sinónimo de expectativa desde que entró a la NBA en 2019. Un jugador con un físico imponente, habilidades atléticas de otro nivel y el potencial para dominar la liga. Sin embargo, su trayectoria ha estado marcada tanto por destellos de grandeza como por dudas sobre su capacidad de mantenerse saludable y ser el líder que los New Orleans Pelicans necesitan.
El pasado martes, Zion tuvo una actuación espectacular en la victoria de los Pelicans sobre los Los Angeles Clippers por 127-120, registrando un triple-doble de 22 puntos, 10 rebotes y 12 asistencias, con una efectividad del 61.5% en tiros de campo. A pesar de este desempeño, no todos quedaron impresionados, y entre los más críticos se encuentra Shaquille O’Neal, quien dejó claro que espera más de la estrella de New Orleans.
Shaq y su estándar de grandeza: ¿Es justa su exigencia?
Desde su rol como analista en TNT, Shaq ha sido implacable con los jugadores interiores que no explotan su físico al máximo. Y Zion, con su combinación de fuerza, velocidad y agilidad, encaja en esa categoría.
“Yo exijo que mi jugador franquicia juegue siempre al máximo nivel”, comentó O’Neal tras el partido, según The Athletic. “¿Le dan crédito por eso? Necesito más. 20 puntos no es suficiente. Quiero ver 26 o 27 por partido. Está bien, pero no es suficiente”.
Shaq habla desde la experiencia. Durante su tiempo con los Los Angeles Lakers, se convirtió en una de las fuerzas más dominantes en la historia del baloncesto, destruyendo a sus rivales en la pintura. Su mensaje para Zion es claro: no basta con ser bueno; tienes que ser dominante todas las noches.
¿Es Zion la estrella que necesita New Orleans?
La gran pregunta para los Pelicans es si Zion puede ser el jugador que lidere a la franquicia a la élite de la NBA. En lo que va de temporada, ha demostrado una mejoría en su capacidad de creación de juego, como lo reflejan sus 12 asistencias contra los Clippers. Sin embargo, las dudas sobre su condición física y su capacidad de jugar una temporada completa sin lesiones siguen siendo el mayor obstáculo en su camino al estrellato.
En su mejor versión, Williamson es un problema imposible de resolver para las defensas rivales: un ala-pívot de 1.98 metros y 129 kg, con una explosividad que lo hace indetenible en la pintura. Su capacidad de anotar con eficiencia, generar jugadas para sus compañeros y ser un reboteador sólido lo convierten en una pieza invaluable para New Orleans.
Pero su mayor enemigo ha sido su propio cuerpo. Desde que llegó a la NBA, ha jugado menos del 50% de los partidos posibles debido a lesiones. Esto ha limitado su desarrollo y ha generado dudas sobre si alguna vez podrá alcanzar el nivel de otros jugadores que han llevado a sus equipos al campeonato.
¿Qué sigue para Zion y los Pelicans?
New Orleans ha tenido una temporada irregular, pero con la esperanza de que un Zion saludable pueda llevar al equipo a competir en la Conferencia Oeste. Con jugadores como Brandon Ingram, CJ McCollum y Jonas Valančiūnas, los Pelicans tienen el talento para ser un equipo de playoffs.
Pero el éxito de esta franquicia dependerá de si Zion puede convertirse en ese jugador que, noche tras noche, imponga su dominio en la cancha. Si puede mantenerse sano y mejorar su consistencia, podría estar en camino a convertirse en una de las caras de la NBA.
Shaq puede sonar exigente, pero su crítica tiene un trasfondo claro: Zion tiene el talento para ser más que un buen jugador. Puede ser una superestrella. La pregunta es: ¿dará el siguiente paso o seguirá siendo una promesa con altibajos?