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Los Medias Rojas establecieron un récord del club con nueve bases robadas, con David Hamilton obteniendo cuatro, para quitarle dos de tres juegos a los Yankees. Fue la mayor cantidad de bases robadas en un juego de Grandes Ligas esta temporada y la mayor cantidad permitida por los Yankees desde el 19 de mayo de 1915.

Hamilton se unió a Jacoby Ellsbury, quien ostenta el récord de la franquicia con cinco robos el 30 de mayo de 2013, y al fallecido Jerry Remy como los únicos jugadores en la historia del club en robar cuatro o más bases en un juego.

Los Yankees, que empezaron ganando el partido, llenaron las bases sin outs en el séptimo y parecía que tomarían una ventaja inalcanzable. Pero gracias al relevista derecho Zack Kelly, quien entró una ventaja de una carrera, las cosas se calmaron.

Kelly no tuvo margen de error, se llevó a Gleyber Torres luego de cederle 3 bolas. Luego ponchó al receptor José Treviño con tres lanzamientos y para cerrar, DJ LeMahieu falló con un elevado al jardín central.

Tras este chance cedido por los Yankees, los Sox volvieron y se robaron tres bases más para entrar en el libro de historia del club. El récord anterior de ocho tuvo lugar el 29 de septiembre de 1940, en el segundo partido de una doble cartelera contra los Atléticos de Filadelfia.

Esto solo recalca la precaria situación de los Yankees  a la defensa y en la parte baja de la alineación. El receptor Jose Treviño dejó mucho que desear, cinco jugadores diferentes de los Medias Rojas le robaron bases el domingo. Si bien los Yankees son el mejor equipo del Este de la Liga Americana con una poderosa ofensiva, la parte baja de la alineación ha desperdiciado muchas oportunidades que le han costado algunos juegos. Todo apunta a que la fecha límite de cambios, los del Bronx, buscarán como lidiar con estos problemas.