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Como en una de esas películas en las que van apareciendo personajes y conflictos, historias dentro de historias que complican la trama, llegando a un punto en el que no entiendes nada y quedas en el limbo, hasta que de pronto, llega el punto de giro y todo se comienza a desenredar, a veces del modo más absurdo como si de una novela rosa se tratase; así se ha comportado el asunto concerniente al posible equipo Cuba rumbo al quinto Clásico Mundial.

La realidad se mostraba gris con pespuntes negros para los criollos, pues ante el supuesto, de un “imposible” llamado a los jugadores de Grandes Ligas, las opciones de avanzar siquiera en la fase de grupos se reducían a casi cero.

La vuelta de tuerca

Pero de la noche a la mañana, cuando nadie lo esperaba, se hizo el milagro cuando la Federación Cubana anunció que incluía en la preselección de 50 jugadores de cara al magno evento a hombres como Andy Ibáñez, Yoan López y Elián Leyva; los dos primeros jugadores activos en roster de elencos en Las Mayores; Ibañez con los Tigres de Detroit y Yoan López con los Mets de Nueva York.

La noticia irrumpió con fuerzas, como la explosión del Vesubio en la mítica Pompeya y la analogía, quizás exagerada, se asocia en toda su dimensión con la trascendencia del acontecimiento, pues la mentira que tantas veces se había repetido hasta convertirse en verdad, la verdad de la Federación Cubana de Béisbol, esa mentira quedaba al descubierto.

Por primera vez en más de 60 años, el gobierno cubano, a través de la Federación llamaba a jugadores activos en Grandes Ligas, sin vínculo alguno con el ente rector del béisbol en la Isla.

Años de odio, rencores y ostracismo, quedaban relegados al basurero de la historia en pos de salvar la imagen del llamado deporte nacional.

La verdad de las mentiras…

En este punto, me viene a la mente el magistral ensayo, La verdad de las mentiras, de Mario Vargas Llosa, un texto en donde mediante el análisis de 23 novelas se enfatiza en el manejo de la ficción en la literatura, en como la verdad necesita de la mentira y llegado el momento, ambas se imbrican, simplemente para hacerle la vida más fácil a los hombres o responder a algún interés en específico.

Con la Federación Cubana, las Grandes Ligas y el Clásico Mundial, bajo el argumento del llamado embargo impuesto por Estados Unidos, se imponía o se impuso la mentira para legitimar la falta de voluntad política del gobierno cubano sobre el reconocimiento de los peloteros que se desempeñaban en Las Mayores; los mismos que eran tratados como parias y traidores.

El tener que esperar 8 años y la obligación de repatriarse, se convirtieron en las barreras de orden para sentenciar a aquellos que un día habían decidido buscar un futuro mejor, pero hace unas horas, para algunos peloteros eso acabó, para otros, la historia sigue…

 La trama se descompone

Era obvio que se podían llamar a los jugadores, todo resumía a la venia bendita de las autoridades cubanas y la decisión se aplaude, como sea es algo positivo, pues con ello la afición vuelve a creer, puede soñar no con el mejor equipo, pero sí con uno más competitivo.

Es algo histórico, de eso no hay dudas y al momento de escribir este texto, se anunciaba la incorporación a la preselección de hombres como Yoenis Céspedes y Onelkis García, ambos con experiencia en la Gran Carpa y en la actualidad jugadores de las Águilas Cibaeñas en la Liga Dominicana de Béisbol Profesional, la reconocida LIDOM.

De igual manera, los federativos criollos, confirmaron la presencia en el grupo de Yoan Moncada, integrante de los Medias Blancas de Chicago y con el oriundo de Cienfuegos, el asunto adquiere mayor notoriedad.

La Federación tenía hasta ayer para integrar el listado de 50 y todavía con el halo del secretismo y la censura dictando las pautas, se especula sobre otras incorporaciones que saldrían a la luz en los próximos días, por lo que habrá que esperar.

La Patria como centro

Las campañas a favor y en contra no han demorado, pues el trasfondo político del fenómeno es real y transversaliza todo, pero más allá de las posibles perspectivas, está la Patria y el béisbol como un catalizador de mejores formas de hacer las cosas, como la posibilidad de unir, de dar más amor, en medio de tanto caos.

Por ahora es el primer paso, en marzo próximo, en Taiwán, frente a italianos, holandeses, panameños y taiwaneses, los cubanos buscarán reescribir su propia historia, pensando quizás, como en 2006, que llenarse de gloria puede ser posible y tal vez esa sea la mayor verdad.