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La travesía de Eloy Jiménez en los entrenamientos de primavera con los Rays de Tampa Bay no terminó como él esperaba. A pesar de su esfuerzo por ganarse un lugar en el roster de Grandes Ligas, la organización decidió enviarlo a Triple-A Durham tras una actuación poco convincente en la pretemporada. Ahora, el toletero dominicano enfrenta un nuevo reto en su carrera: demostrar que aún tiene lo necesario para regresar a las Mayores.
Un rendimiento que no convenció
Jiménez, de 28 años, firmó un contrato de ligas menores con los Rays en diciembre de 2024 con la esperanza de recuperar el nivel que alguna vez lo convirtió en una de las promesas más grandes del béisbol. Sin embargo, sus números en la pretemporada no fueron suficientes para asegurar un puesto en el equipo grande. En 41 turnos al bate, registró una línea ofensiva de .244/.279/.694, con dos jonrones y seis carreras impulsadas.
El bajo porcentaje de embasarse y la falta de consistencia en el plato jugaron en su contra, especialmente en un equipo que busca profundidad en su alineación. Además, la explosión ofensiva del prospecto Curtis Mead, quien terminó quedándose con el puesto que disputaba Jiménez, terminó por sellar su destino en esta pretemporada.
Una caída sostenida en su rendimiento
El declive de Jiménez no es algo que haya surgido de la nada. En 2024, vivió su peor temporada en las Grandes Ligas, bateando para .238/.289/.336 con seis cuadrangulares y 23 carreras impulsadas en 98 juegos. Su desempeño fue tan irregular que pasó de los Chicago White Sox a los Baltimore Orioles, sin lograr establecerse en ninguno de los dos equipos.
Lejos quedaron los días en los que se proyectaba como un bateador de poder capaz de cambiar el rumbo de un partido con un solo swing. En sus mejores años con los White Sox, Jiménez llegó a conectar 31 jonrones en 2019 y fue considerado una pieza clave en el futuro de la franquicia. Sin embargo, las lesiones y la falta de consistencia en el plato han afectado gravemente su desarrollo.
¿Qué opciones tiene Eloy Jiménez?
Ser enviado a Triple-A no es el final del camino para Jiménez, pero sí una señal de que su margen de error es mínimo. Los Rays le han dado la oportunidad de continuar en su organización, pero también le han abierto la puerta para buscar opciones en otro equipo.
Algunas franquicias en reconstrucción o que buscan profundidad ofensiva podrían estar interesadas en un jugador con su experiencia en Grandes Ligas. Sin embargo, la clave estará en que pueda demostrar en las ligas menores que aún tiene el poder y la disciplina al bate que lo convirtieron en un prospecto élite en su momento.
Además, su historial de lesiones podría ser un factor determinante en su futuro. Si logra mantenerse saludable y recuperar parte de su producción ofensiva, podría recibir otra oportunidad en Tampa Bay o en otra organización antes de que termine la temporada.
Un camino cuesta arriba, pero no imposible
Jiménez se encuentra en una encrucijada en su carrera. Si bien aún es joven, su declive en los últimos años ha sido evidente y su valor en el mercado ha disminuido considerablemente. Si quiere volver a las Grandes Ligas, deberá aprovechar su estancia en Triple-A para corregir su enfoque en el plato y demostrar que sigue siendo un bateador peligroso.
Los Rays han sido un equipo conocido por sacar lo mejor de jugadores que otros equipos han descartado. Si Jiménez logra adaptarse a su sistema y encontrar regularidad, podría tener una última oportunidad de redimirse. Sin embargo, si su rendimiento en las menores sigue en caída, su futuro en la MLB podría estar en peligro.
El tiempo dirá si Eloy Jiménez puede revertir su situación y volver a brillar en las Grandes Ligas. Por ahora, su misión será una sola: volver a ganarse su lugar en el equipo grande, sea con los Rays o con otra franquicia dispuesta a apostar por él.