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Las palabras de Manny Acta, un referente del béisbol dominicano, resonaron fuertemente en el programa “Abriendo el Podcast”. Para él, no es necesario construir un estadio de Grandes Ligas en el país porque el público no acude a los juegos en masa de manera constante. Solo en enfrentamientos icónicos, como el clásico Licey vs. Águilas, o en las fases decisivas del torneo invernal, se llena el estadio. Esta afirmación plantea una realidad sobre el mercado del béisbol en República Dominicana, pero también abre la puerta a una discusión más amplia: ¿es necesario tener un estadio de alto nivel, aunque no sea de varios niveles?

Argumentos a favor de las declaraciones de Acta

Acta presenta un punto válido al señalar que los fanáticos dominicanos no asisten masivamente a los estadios durante la mayor parte de la temporada regular del béisbol invernal. Si bien los partidos entre Licey y Águilas o las series finales suelen atraer a multitudes, la asistencia en otros encuentros es limitada. Esto sugiere que construir un estadio de varios niveles y con gran capacidad sería un riesgo financiero, ya que el costo de mantenimiento y operación podría no justificarse si no hay una demanda constante que lo respalde.

Además, el nivel económico de muchos de los fanáticos podría ser un factor a considerar. Un estadio de Grandes Ligas requeriría entradas más costosas para mantener la infraestructura, lo que podría hacer que muchos aficionados, especialmente los de clases populares, se vean excluidos de disfrutar los juegos en vivo.

Otro punto a favor de Acta es la falta de un mercado que sostenga este tipo de infraestructura. En un país donde el béisbol es, sin duda, el deporte rey, no hay un calendario lo suficientemente extenso como el de las Grandes Ligas en EE.UU. para mantener un estadio lleno con frecuencia. El béisbol invernal, aunque popular, tiene una temporada corta y no cuenta con una afluencia de público durante toda la duración del torneo.

Argumentos en contra: La necesidad de un estadio de nivel internacional

A pesar de las observaciones de Acta, el país necesita un estadio de alto nivel que pueda albergar eventos internacionales de magnitud. No se trata de tener una estructura de múltiples niveles que vaya a acoger entre 30,000 y 40,000 personas, sino de un estadio bien diseñado con atractivos que enriquezcan la experiencia del espectador.

El béisbol dominicano ha producido innumerables estrellas a lo largo de las décadas, y sería una gran oportunidad para el país tener un estadio donde se puedan organizar eventos como el Clásico Mundial de Béisbol, partidos de exhibición de las Grandes Ligas, o incluso series de temporada regular de la MLB. El impacto económico de estos eventos, en términos de turismo y comercio, sería significativo.

Además, tener un estadio moderno no solo beneficiaría a los aficionados al béisbol, sino que también permitiría que República Dominicana sea un destino viable para otros eventos deportivos o culturales de gran magnitud, como conciertos o competencias internacionales. Países como México, Japón y Puerto Rico han aprovechado esta oportunidad y han sido sede de partidos de Grandes Ligas, generando ingresos importantes y posicionándose en el mapa deportivo global.

Un estadio para la experiencia, no solo para el juego

Otro aspecto a considerar es que los estadios modernos ofrecen más que solo un lugar para ver el partido. Hoy en día, las instalaciones de nivel mundial brindan una experiencia completa a los fanáticos, con áreas de entretenimiento, tiendas de mercancías, restaurantes, zonas para niños, pantallas gigantes y tecnología avanzada. Los fanáticos de hoy no solo buscan ver el juego, también quieren disfrutar de una experiencia que incluya comodidad y diversión más allá de los nueve innings.

Para lograr esto, no se requiere un estadio con múltiples niveles, pero sí uno que ofrezca un estándar de calidad en infraestructura. Desde la calidad del terreno de juego, las luces, las pantallas LED, los baños, hasta el estacionamiento y la logística general, cada detalle cuenta para que el público tenga una experiencia de primer nivel. Inversiones en áreas como el acceso al estadio, la seguridad y la comodidad del espectador también son claves para el éxito de un proyecto de esta naturaleza.

El equilibrio entre viabilidad y ambición

Construir un estadio de alto nivel en República Dominicana no significa necesariamente seguir el modelo de las Grandes Ligas en términos de tamaño o complejidad. Un estadio con instalaciones modernas y atractivos adicionales, sería suficiente para mejorar la experiencia de los fanáticos y atraer eventos internacionales. El objetivo es combinar la pasión del béisbol local con una infraestructura que permita soñar en grande.

En este sentido, aunque las palabras de Manny Acta subrayan una realidad innegable sobre la cultura del béisbol en el país, también es cierto que el béisbol dominicano ha alcanzado niveles de éxito internacional que merecen un estadio a la altura de su historia. No se trata solo de construir por construir, sino de ofrecer una infraestructura que potencie las oportunidades de crecimiento para el deporte y para el país.

¿Es necesario un estadio de Grandes Ligas?

La respuesta es sí, pero adaptado a las realidades del país. No es necesario un estadio de múltiples niveles y tamaño masivo, pero sí uno que combine lo mejor del entretenimiento y la funcionalidad, capaz de atraer grandes eventos y mejorar la experiencia de los aficionados. El béisbol es parte esencial de la identidad dominicana, y un estadio de alto nivel puede ser la puerta para proyectar esa pasión al mundo.