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Será una batalla campal lo que se vivirá en el LoanDepot Park de Miami, desde el próximo 11 de marzo, justo cuando se corran las cortinas del Grupo D en el quinto Clásico Mundial de Béisbol.
Así es lectores, en la que bien puede ser catalogada como llave de la muerte, medirán fuerzas los combinados de República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela e Israel y si los más disímiles criterios dan como un hecho que entre quisqueyanos, boricuas y venezolanos se dirimirán los dos pasajes en disputa, si bien es así, tampoco se puede obviar al elenco israelí.
El contexto
La Ley del Retorno, permitió hace cinco años que el combinado hebreo, conformado en casi su totalidad por jugadores estadounidenses fuera una de las grandes sorpresas de aquel certamen.
La legislación le daba derecho a obtener la ciudadanía a descendientes, conversos e incluso personas que contraían matrimonio con judíos y esto lo aprovechó muy bien el entrenador por aquel entonces, Jerry Weinstein para conformar una escuadra altamente competitiva, en la que resaltaron figura probadas al nivel de Grandes Ligas, como Dylan Axelrod, Ike Davis, Scott Feldman, Ryan Lavarnway, Mike Meyers y Jason Marquis.
Si el triunfo inicial, 2-1 ante Corea del Sur dejó atónitos a todos, las victorias frente a Taipei de China, 15-7 y Países Bajos, 4-2, dejaba bien claro que los del Medio Oriente no andaban de paseo.
Ya en segunda ronda con el mencionado Marquis en la lomita, Israel sometió a Cuba 4-1 y su condición de invictos disparó las alarmas en todo el universo del béisbol.
Hasta ahí duró la ilusión, luego ante Países Bajos y Japón la selección mediterránea acabaría perdiendo para finalizar en un meritorio sexto lugar.
El impacto
Se habló por todos lados y aquella especie de experimento surtió efecto inmediato, pues otras figuras, tales como el experimentado Ian Kinsler se sumaron a la idea de representar a Israel y al Clásico Mundial le siguió la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio.
En este instante, la historia retorna al punto inicial, pues de cara al 11 de marzo y bajo la égida del ya citado Ian Kinsler, quien fungirá como jugador y mánager, el equipo luce mucho más sólido que el de 2017.
Rumbo a marzo
A la presencia del propio Kinsler, campeón con Estados Unidos en 2017, se le añaden nombres como los Joc Pederson, Kevin Pillar y Harrison Bader, además de la posibilidad de que hombres como Jason Kipnis, Alex Bregman y Zack Geloff, así como el estelar lanzador de los Bravos de Atlanta, Max Fried, se sumen a la causa.
Habrá que contar con ellos, más si tenemos en cuenta que la experiencia acumulada como selección en estos seis años puede ser un plus a su favor que no se puede obviar.
¿Harán de aguafiestas? ¿ Darán la sorpresa otra vez?, el terreno como siempre dirá.
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