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¡Japón lo volvió a hacer! El elenco asiático se coronó por tercera vez como campeón mundial de béisbol, demostrando de esta manera que la pelota de la Tierra del Sol Naciente no tiene comparación. De nada le valió a los Estados Unidos su lineup de ensueño ante unos inteligentes y muy hábiles toleteros nipones liderados por un verdadero fenómeno del juego como Shohei Ohtani.

En un duelo que fue ampliamente parejo, los del círculo rojo en su bandera se manejaron de manera excelente tanto en defensa como en ataque. Además, su mánager demostró una sapiencia increíble a la hora de manejar a los lanzadores y con 7 hombres maniató a la ofensiva norteamericana. Al final, el marcador de 3×2 hizo justicia a lo que se vio sobre el diamante.

Así llegaron las carreras

Los primeros en pegar fueron los estadounidenses, quienes lograron adelantarse por intermedio de un jonrón solitario de Trea Turner en la parte alta del segundo episodio.

Sin embargo, la escuadra rival no se quedaría de brazos cruzados y tan pronto como en el cierre del mismo tramo ripostó con vuelacerca de Munetaka Murakami.

Más adelante en la misma entrada, tras un colapso de las almohadillas, Lars Nootbaar se encargó de rodar la bola por la inicial para llevar la segunda a la registradora.

En el cuarto inning Kazuma Okamoto aportó a la causa otro bambinazo para poner distancia de 2 carreras en la pizarra.

El descuento llegaría por la misma vía en el octavo capítulo gracias a un estruendoso batazo de Kyle Schwarber, pero no sería suficiente.

Como si del final de un libro se tratase, en el último turno del juego Mike Trout enfrentó a su compañero de equipo Shohei Ohtani, quien ya se había subido a la lomita para ese momento. No obstante, no pudo contra los envíos de The Showtime, quien lo retó constantemente con lanzamientos en la parte más vulnerable de la zona de strike. Aun así, el japonés acabó ponchándolo para festejar luego junto a sus compatriotas.