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Joey Gallo, veterano jardinero y bateador designado, ha anunciado que se someterá a una nueva etapa en su carrera profesional: probarse como lanzador. El sorpresivo giro en su trayectoria fue confirmado por el propio jugador, quien, después de ser dejado libre por los Medias Blancas de Chicago, publicó en sus redes sociales un video de su destreza en los jardines y expresó su intención de cambiar de rol.

A sus 31 años, Gallo ya había experimentado con la idea de ser lanzador, y esta decisión no llegó por azar. En su último año con los Medias Blancas, Gallo dejó números poco alentadores en su desempeño ofensivo, terminando con un promedio de .100, apenas dos hits en 20 turnos al bate, y un elevado número de ponches. A pesar de su reputación como un gran bateador de poder, sus dificultades en la caja de bateo lo llevaron a cuestionarse sobre su futuro en el béisbol de las Grandes Ligas.

El brazo de Gallo, sin embargo, siempre ha sido uno de sus puntos fuertes. En 2022, su potente brazo lo ubicó entre los mejores jardineros de la MLB, con un 90 % de potencia en sus lanzamientos, lo que lo posicionó en el percentil 90 en cuanto a velocidad y precisión de sus tiros. Esta habilidad le permitió liderar en algunos aspectos defensivos y desarmar a varios corredores en las bases. A pesar de no haber lanzado nunca en la MLB, su transición al montículo no parece tan descabellada.

En declaraciones de Josh Barfield, asistente del gerente general de los Medias Blancas, se indicó que Gallo había expresado su interés en convertirse en lanzador si no lograba éxito como bateador. Sin embargo, debido a la abundancia de prospectos en el pitcheo de los Medias Blancas y el proceso de reconstrucción del equipo, el cambio no se ajustaba a las necesidades actuales de la organización. La decisión de liberar a Gallo fue, por tanto, una opción mutua que abre la puerta a una nueva oportunidad en su carrera.

Este no es el primer caso de un jugador que intenta cambiar de rol en las Grandes Ligas para continuar su carrera. Jugadores como Rick Ankiel y Tyler Naquin también hicieron el intento de pasar de bateadores a lanzadores, lo que demuestra que la adaptación no es un proceso aislado. En este contexto, la historia de Gallo podría inspirar a otros jugadores que busquen nuevas alternativas para mantenerse activos en el béisbol profesional.

A lo largo de su carrera, Gallo ha sido un jugador destacado por su poder al bate, con 208 jonrones y un OPS+ de 106, siendo seleccionado dos veces al Juego de Estrellas. No obstante, su baja efectividad en los últimos años le ha restado relevancia como bateador. El cambio a lanzador, aunque inusual, podría darle una segunda oportunidad en las Grandes Ligas, aprovechando su habilidad con el brazo, que ya ha demostrado en numerosas jugadas defensivas.

Este tipo de movimientos podrían ser más comunes en el futuro, ya que los equipos buscan aprovechar al máximo el talento de sus jugadores, sin importar el rol tradicionalmente asignado. Gallo, al igual que otros en su situación, podría encontrar una nueva identidad en el montículo, continuando su carrera en el béisbol de las Grandes Ligas, pero desde una perspectiva completamente diferente.

La historia de Joey Gallo, quien aún tiene mucho que ofrecer, podría ser solo el comienzo de una tendencia que revolucione la manera en que los jugadores se reinventan en la MLB. Habrá que esperar cómo se desarrolla esta nueva etapa en su carrera y si este cambio puede traducirse en éxito en el montículo.

¿Será Joey Gallo el próximo gran lanzador salido de un cambio de rol? El tiempo lo dirá, pero su determinación de seguir jugando al más alto nivel está clara.