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La Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM) enfrenta una excelente oportunidad para revitalizar el interés en el béisbol a lo largo del país. En lugar de limitar los juegos de preparación a la capital y sus alrededores, sería beneficioso para la liga organizar encuentros de entrenamiento en varias ciudades del interior.
A medida que se acerca el inicio de la temporada 2024-2025, que arranca el 16 de octubre, se presentan propuestas para que los equipos de LIDOM se desplacen a diferentes localidades para realizar sus prácticas y partidos amistosos. Por ejemplo, se podrían ver enfrentamientos entre los Tigres del Licey y las Águilas Cibaeñas en Puerto Plata, o entre las Estrellas Orientales y los Leones del Escogido en San Cristóbal, Baní o San Juan de la Maguana. Otras posibles sedes incluyen Higüey para los Toros del Este y los Tigres del Licey, y La Vega, Montecristi o Mao para los Gigantes del Cibao y las Águilas Cibaeñas.
La idea de llevar los entrenamientos de la LIDOM a diferentes ciudades del interior del país, una propuesta visionaria por la pasión por el béisbol en la República Dominicana, ha sido sugerida por el reconocido cronista deportivo Bienvenido Rojas. Su propuesta, que busca acercar el deporte a los aficionados en regiones alejadas de la capital, destaca la importancia de fortalecer el vínculo entre los equipos y sus seguidores en toda la nación, además de aprovechar el potencial del béisbol para unir y entusiasmar a la comunidad. Rojas, con su experiencia y profundo conocimiento del deporte, continúa siendo una voz influyente en la promoción del béisbol dominicano y en la creación de nuevas oportunidades para su crecimiento y desarrollo.
Esta propuesta no solo revitaliza el espíritu deportivo en el interior del país, sino que también ofrece a los aficionados la oportunidad de ver a sus equipos y jugadores favoritos en sus localidades, fortaleciendo el vínculo entre los equipos y sus seguidores en regiones que a menudo se sienten relegadas. En la década de 1950, el béisbol ya demostró su capacidad para unir a la nación, como lo hizo en la emocionante serie entre los equipos de la Cervecería Antillana y los militares, que cautivó al país y dejó recuerdos imborrables.
Imagínese, por ejemplo, un partido entre las Águilas y los Tigres en Montecristi, con figuras legendarias como Osvaldo Virgil, Juan Marichal, y Nelson Cruz en el campo. O un enfrentamiento entre el Licey y el Escogido en el Estadio Temístocles Metz en San Cristóbal, con invitados de honor como Pedro Martínez, David Ortiz, y Vladimir Guerrero. Estos eventos no solo serían espectaculares, sino que también servirían como una forma de celebrar y mantener viva la rica historia del béisbol en la República Dominicana.
Aunque esto pueda parecer un sueño, la idea de expandir la presencia de LIDOM por todo el país es una forma de hacer realidad una pasión que une a todos los dominicanos. Como bien dijo Pedro Calderón de la Barca, “La vida es una ilusión, una sombra, una ficción y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”. Quizás, con un poco de imaginación y esfuerzo, estos sueños se conviertan en una realidad vibrante para todos los amantes del béisbol en la República Dominicana.