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La pelota dominicana vivió una noche inolvidable en el Estadio Quisqueya Juan Marichal, donde los Tigres del Licey dieron una muestra de poderío ofensivo sin precedentes. Con un imponente marcador de 25-3 frente a las Águilas Cibaeñas, el equipo azul no solo consolidó su posición en la tabla, sino que escribió un nuevo capítulo en la historia del béisbol invernal dominicano.

En un despliegue de fuerza pocas veces visto, el Licey conectó 27 imparables, rompiendo la marca de carreras anotadas por una franquicia, que databa de 1957, cuando los Leones del Escogido registraron 24 anotaciones en un partido. Este resultado resalta no solo por su contundencia, sino también por lo que representa en una liga reconocida por su alto nivel competitivo y sus históricas rivalidades.

Un recital ofensivo desde el inicio

El juego no dio margen a la especulación. Desde la primera entrada, los Tigres del Licey dejaron claro que iban por todo. El abridor aguilucho, Braulio Torres-Pérez, no pudo sacar ni un solo out antes de permitir cuatro carreras, estableciendo el tono de lo que sería una noche para el olvido para los lanzadores de las Águilas.

Por su parte, el Licey mostró un orden al bate envidiable. Emilio Bonifacio, el capitán azul, encabezó el ataque con cuatro imparables en cinco turnos, anotando en cuatro ocasiones y liderando un ataque que no dio tregua. David Hensley y Sergio Alcántara también brillaron con el madero, combinándose para cinco carreras impulsadas.

La actuación colectiva fue un recordatorio del potencial ofensivo que tiene el equipo, que ha sido intermitente durante la temporada pero que, en esta ocasión, explotó de manera espectacular.

El contexto histórico: más que una simple victoria

Más allá de los números, esta aplastante victoria tiene implicaciones importantes tanto para el Licey como para el campeonato. Por un lado, posiciona al conjunto azul como un serio contendiente de cara a la postemporada, al tiempo que envía un mensaje claro a sus rivales. Por otro lado, revive una de las rivalidades más intensas del béisbol dominicano, con un golpe simbólico que quedará grabado en la memoria de los fanáticos.

Según el historiador Tony Grullón, la hazaña del Licey no solo rompió récords, sino que también demostró cómo los equipos modernos han evolucionado tácticamente. “La ofensiva del Licey fue impecable. Supieron aprovechar cada error del pitcheo aguilucho, algo que los equipos de antaño no lograban con tanta frecuencia”, explicó Grullón.

¿Qué lecciones deja este partido?

Para las Águilas Cibaeñas, este resultado es una llamada de atención. Su pitcheo, que había mostrado solidez en semanas anteriores, quedó totalmente expuesto. Sin embargo, esto no significa el fin del camino para el equipo amarillo, que aún tiene tiempo para ajustar de cara a la recta final de la temporada regular.

En el caso del Licey, este triunfo debe servir como catalizador para mantener el nivel. Aunque la ofensiva fue histórica, el equipo también mostró ciertas debilidades en el pitcheo abridor, con Radhamés Liz saliendo sin decisión tras una actuación discreta de 3.2 entradas.

Próximos encuentros: más rivalidades en el horizonte

Los Tigres recibirán a los Leones del Escogido este miércoles en el Estadio Quisqueya, mientras que las Águilas buscarán redimirse frente a los Gigantes del Cibao en Santiago. Ambos partidos serán cruciales para definir el panorama de la tabla de posiciones.

Con esta victoria, el Licey no solo reafirma su lugar en la historia del béisbol dominicano, sino que también deja una clara advertencia: están listos para pelear hasta el final. ¿Será este el punto de inflexión que los lleve al campeonato? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que los Tigres han rugido con fuerza.