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Los Medias Rojas de Boston no dan pie con bola en este mercado invernal de las Grandes Ligas. El equipo parece estar entregado al fatídico destino que le aguarda al final del túnel y no da muestras de querer poner marcha atrás y cambiar el rumbo que, de momento, lo conduce a una temporada 2023 bastante complicada al menos en los papeles. El club no ha hecho ninguna adquisición de peso y en cambio, ha dejado escapar a hombres que fueron pilares fundamentales en el pasado.
Estamos hablando de jugadores como JD Martínez y Xander Bogaerts, siendo la baja de este último la que más duele por trastocar el equilibrio defensivo del infield y al mismo tiempo, del orden al bate. Después de que los Padres de San Diego lograran capturarlo por 280 millones de dólares a cambio de 11 zafras de servicio, los Red Sox muestran síntomas de haber quedado nocaut en lo que a negociaciones respecta.
De hecho, se rumorea que otro fuerte golpe han recibido de manera indirecta en las recientes horas, ya que según diversas fuentes estaban tras los pasos de Brandon Drury, pelotero que acabó firmando con los Angelinos de Los Ángeles después de ganar su primer Bate de Plata en la categoría de utility player.
Todo indica que el plan de la divisa que hace vida en el Fenway Park era adquirir a este infielder y agregarlo a su roster con la intención de que se repartiera la custodia del campocorto con el estelar Trevor Story, pero ahora la estrategia sería otra.
Luego de la derrota en la carrera por Drury, Boston entraría en un periodo de meditación en el que reflexionaría sobre si lo mejor es afrontar la campaña 2023 sin un torpedero fijo y desfilar a varios de sus beisbolistas por las paradas en corto o, intentar un cambio de último momento para adquirir a un shortstop que no represente mayores complicaciones desde el punto de vista económico. ¿Qué harán? Solo Dios sabe.