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Cualquiera pudiese pensar que lo años le han caído encima, un montón de años incluso, pues en su rostro algo cetrino se vislumbran esas saetas que va dejando el tiempo con sus pautas inclementes.
Ya no es aquel chico de 22 años que cuando debutó en 2011, dio la impresión que podía poner el mundo a sus pies y allá en Wrigley Field, vistiendo la franela de los Cachorros de Chicago, acabó ganándose la simpatía de la gente, pero aquello duro bien poco…meses después DJ LeMahieu recalaba en Colorado y en el Coors Field le dio forma a esa estela prominente que conocemos hoy.
Antes
Como si de un pacto se tratase, el Coors Field le abrió las puertas a LeMahieu y este desde el primer instante comenzó a dejar su huella en el diamante del emblemático recinto.
Durante siete años, aquel jugador de buenas manos y prominente swing se erigió en no de los referentes en todo el circuito beisbolero, el utility que todos querían tener.
La estela
Fue líder de bateo en la Liga Nacional allá por 2016, cuando en 146 partidos compiló para 348, quedando en el puesto 15 durante la votación para elegir al MVP, pero eso no fue todo, en ese tiempo, de igual modo llegaron Guantes de Oro y Juegos de Estrellas.
Esta era la perspectiva que emergía cuando en 2019, los Yankees decidieron llevarlo al Bronx y en esa campaña, LeMahieu refrendó con creces todas las expectativas…
En Nueva York
Bateó para 327, conectó 26 jonrones e impulsó 102 carreras, ganando su primer Bate de Plata y terminando en el cuarto puesto para el MVP.
A partir de entonces muchos comenzaron a aludir que DJ tenía el porte, el biotipo perfecto para ser un yankee de por vida y en 2020, durante la zafra acortada por el COVID-19, volvió a ganar otro título de bateo, registrando un astronómico 364 de promedio.
El tiempo como que se detuvo allí, en esos días finales de 2020, pues si bien en 2021 y 2022 ha bateado por encima de 260, pegando 10 cuadrangulares y sobrepasando las 50 remolcadas…LeMahieu no ha sido el mismo.
Ha estado intermitente, a veces bien, luego mal, algo desfasado en sus ritmos, rezagado en cuanto a la aceleración del swing, carente de ese enfoque que lo ha distinguido.
Es la expresión cimera de lo que vemos hoy, cuando al instante de escribir este texto, en 63 encuentros disputados, DJ LeMahieu ostenta un anémico average de 228.
El presente…las confesiones de DJ
Al respecto el propio jugador le confesó hace unas horas al periodista Bryan Hoch, que se ha sentido frustrado pero que, a pesar del mal momento, su perspectiva está en mirar más allá y hacer los ajustes necesarios en pos de volver a recuperar el impacto de antaño.
En este sentido los hechos nos cuentan que luego de irse en blanco contra Seattle el pasado 22 de junio, bateó de 4-1, hace dos días y este domingo en el duelo de turno entre Yankees y Vigilantes, conectó un doblete que sirvió para impulsar dos carreras y en consecuencia meter a los Mulos en el desafío.
Cuestión de fe
No es aquel chico de 22 que irrumpió hace ya 12 años en la Gran Carpa, hoy tiene 34 y pudiera pensarse en un lógico desgaste, en que ya LeMahieu alcanzó el pico de su forma deportiva, sin embargo, sigue allí, buscando, intentando, confiado en que retomará el hilo narrativo por donde un día lo dejó y eso es lo importante…¿usted qué cree?
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