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El enfrentamiento entre la selección argentina sub-23 y Marruecos se convirtió en una de las jornadas más polémicas de los Juegos Olímpicos, marcada por decisiones arbitrales controvertidas y un escándalo que dejó a todos boquiabiertos.

El Primer Golpe: Un Empate Agónico y Su Rápida Anulación

En un partido que parecía destinado a ser recordado por el coraje argentino, el equipo de Javier Mascherano se encontró en una situación desesperada. Tras ir perdiendo 2-0, Argentina logró acortar distancias con un gol de Giuliano Simeone. La esperanza se reavivó con el gol agónico de Cristian Medina, que parecía haber sellado el empate 2-2 en el último minuto de los 15 minutos adicionales concedidos.

Sin embargo, la euforia duró poco. Mientras la celebración argentina alcanzaba su punto máximo, el ambiente en el estadio se tornó caótico. Proyectiles fueron lanzados desde las gradas, hinchas invadieron el campo, y una bomba de estruendo estalló cerca de Julián Álvarez. Este caos obligó a la suspensión temporal del partido, dejando a los jugadores en medio de una situación desconcertante.

La Caótica Interrupción: Entre Invasiones y Confusión

Los jugadores argentinos, cubriéndose del bombardeo de objetos y con la confusión reinante, se retiraron del campo escoltados por la policía. En el vestuario, el ambiente era de incertidumbre: los jugadores no sabían si el partido había terminado o si simplemente estaba en pausa debido a los incidentes.

El árbitro sueco Glenn Nyberg, encargado del partido, se tomó su tiempo para evaluar la situación, y mientras tanto, el sitio web oficial de los Juegos Olímpicos oscilaba entre marcar el encuentro como “finalizado” y “en revisión”. El Comité Olímpico Internacional y la FIFA debieron intervenir para resolver la situación, con la intención de reanudar el partido para revisar una jugada clave y decidir si el partido debía continuar.

El Retorno al Campo: Revisión del VAR y Decisiones Controversiales

Después de casi una hora y media, el partido fue reanudado, pero el caos no había terminado. Los jugadores argentinos y marroquíes regresaron al campo para la revisión del VAR, que se centró en una posible posición adelantada en la jugada del gol de Medina. La revisión reveló que Bruno Amione estaba en fuera de juego por centímetros, lo que llevó a la anulación del gol.

Más controversia se desató cuando se descubrió que, en la misma jugada, una mano de un defensor marroquí en el área no fue revisada adecuadamente por el VAR. Este detalle podría haber llevado a un penal para Argentina, pero el árbitro se centró únicamente en el fuera de juego, dejando a los argentinos furiosos y frustrados.

La Reacción Final: Un Desenlace Amargo y la Ira de Messi

El partido finalmente concluyó con la derrota de Argentina por 2-1, después de que se consumieran los minutos adicionales. La decisión de anular el gol de Medina dejó una profunda impresión en los jugadores y aficionados. Nicolás Otamendi, uno de los líderes de la selección, criticó duramente la gestión del partido, describiendo la situación como “el circo más grande que he visto en mi vida”.

En una muestra de solidaridad y descontento, Lionel Messi expresó su indignación a través de las redes sociales, calificando el incidente de “insólito”. La frustración fue palpable en todos los rincones, con la sensación de que el partido había sido manchado por una serie de decisiones desafortunadas y un manejo deficiente por parte de los árbitros y autoridades.

Un Legado Controvertido en los Juegos Olímpicos

El enfrentamiento entre Argentina y Marruecos no solo quedó grabado en la memoria por el resultado, sino por el caos y las polémicas que lo rodearon. La selección argentina, tras este desastroso episodio, enfrenta una montaña de desafíos mientras se prepara para sus próximos encuentros, con la esperanza de superar la adversidad y seguir adelante en la competición. Este partido será recordado como uno de los más controversiales y bochornosos en la historia de los Juegos Olímpicos, un ejemplo claro de cómo el caos puede desbordar incluso en los escenarios más grandiosos del deporte.