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Se viven horas de incertidumbre en el fútbol dominicano profesional. En el día de ayer, los exitosos empresarios Manuel Estrella y Rubén Hipólito Mejía renunciaron a sus puestos en el Comité de Selecciones Nacionales, dada la poca actividad que presentaba el mismo. Dicho Comité fue presentado el pasado enero y tenía como objetivo iniciar un proyecto integral que tuviera como resultado final, luchar por la clasificación al Mundial de Fútbol 2030.
El Comité se había creado luego de que el seleccionado Sub-20 lograra la histórica clasificación al Mundial de la categoría y a los Juegos Olímpicos de París 2024, siendo la primera vez que un equipo criollo accedía a un torneo oficial de FIFA. Pero ese impulso que prometía un desarrollo total de la disciplina en el país, no se aprovechó. Para colmo, apenas un par de meses después se dio el alejamiento de Iñaki Bea como entrenador, por diferencias con la directiva.
El español había iniciado un proceso de reclutamiento de jóvenes talentos con raíces dominicanas que se encuentren jugando en Europa, además de iniciar las gestiones para convencer a estrellas como Mariano Díaz o Junior Firpo para que jueguen por el país en París 2024, las cuales fracasaron ante la negativa de ambos jugadores.
“Yo no tengo que estar en un Comité de Selecciones con la gran responsabilidad que esto implica y la inmensa expectativa que la gente tiene sobre nuestro accionar, para donar un vehículo, conseguir un patrocinio o servir de enlace con el sector público. Un comité de selecciones nacionales es simplemente, el alma de los sagrados equipos nacionales. Seguir eligiendo entrenadores un mes antes de torneos importantes, no procede. Es imposible ver a los muchachos sin el tiempo adecuado para con justicia elegir el equipo. La conformación de la pre selección debe ser la zapata básica para llegar al equipo nacional”, expresó Mejía en una carta.
Todo este proceso hace pender de un hilo la continuidad de Rubén García, presidente de la Federación Dominicana de Fútbol, quien busca la reelección en las elecciones de dentro de seis meses. Su gestión llegó con la encomienda de recuperar la deteriorada imagen de la federación deportiva que más recursos maneja en el país, pero dado todos estos hecho, fracasó rotundamente.
Es cierto que Dominicana venía de una gestión de veinte años, con casos de corrupción que tomaron relevancia internacional y que requirieron la intervención de FIFA por más de un año. Pero el inicio de la gestión de García en enero de 2020 prometió muchas cosas que, independientemente de las complicaciones de la pandemia de Covid-19, no se cumplieron.
El impacto que generó el andar de la selección Sub-20 motivó a que FIFA confiara una vez más en el país y le otorgara al territorio quisqueyano el pasado junio la sede del próximo Mundial Femenino Sub-17 que se realizará en 2024 sumado a la autorización de un millonario centro de desarrollo confiado por CONCACAF.
La Copa Mundial Femenina Sub-17 será la octava edición del torneo y el primer torneo oficial de FIFA que se realice en el país, además de la segunda vez que se juegue en el Caribe, luego de que la misma competencia se lleve a cabo en Trinidad y Tobago en 2010. El evento, sin fecha oficial de inicio, tendrá como sedes el Estadio Olímpico Félix Sánchez, el Estadio Panamericano de San Cristóbal y el Estadio Cibao en Santiago.
Pero si bien todo esto parecen buenas noticias, las mencionadas renuncias de Estrella y Mejía hacen tambalear la gestión de García, debido a que ponen como motivos la nula preparación y la falta total de planeamiento en el Comité, que apenas se ha reunido un par de veces desde su creación y no ha aprovechado ninguna de las noticias que invitaban a tomar acciones para el desarrollo del fútbol en el país y buscar seleccionados cada vez más fuertes a nivel regional.
Desde el entorno de la Federación ya se rumorean nombres que pueden llegar a suceder a García luego de enero de 2024. Entre ellos está Dinardo Rodríguez, quien fuera el primer jugador dominicano en jugar en el exterior de manera profesional y el autor del primer tanto de la selección en Eliminatorias Mundialistas. Rodríguez ya presidió la LDF y goza de gran respeto en el ambiente futbolístico.
De todas formas, más allá de que la gestión de García no haya cumplido las expectativas, el ciclo del fútbol dominicano parece girar bajo el mismo proceso: época de crisis, un nuevo mandatario con nuevas ideas y promesas, estas no se cumplen y una nueva época de crisis. Y así sucesivamente. Al final, el único perjudicado es el fútbol dominicano que nunca puede explotar el enorme potencial que tiene para ser una referencia en la región del Caribe.