Fredy Guarín, uno de los nombres más destacados del fútbol colombiano, rompió el silencio sobre una etapa oscura en su vida: su lucha contra el consumo excesivo de alcohol. Reconocido por su talento en clubes como Porto, Inter de Milán y Boca Juniors, además de ser una figura clave en la histórica actuación de Colombia en el Mundial de 2014, el ex mediocampista confesó cómo esta adicción impactó profundamente su carrera y su vida personal.
Guarín, de 38 años, soñaba con cerrar su carrera profesional en Millonarios, el club de sus amores. Sin embargo, este sueño se vio truncado en 2021, cuando su consumo descontrolado de sustancias lo llevó a retirarse prematuramente del fútbol. “Me abandoné por completo. Sabía que en cualquier borrachera iba a morir. Era la muerte o la cárcel”, confesó con crudeza.
Un enemigo silencioso en plena cúspide
Aunque su adicción se manifestó con mayor fuerza en sus últimos años, Guarín reveló que sus problemas con el alcohol comenzaron durante su etapa en el Inter de Milán, cuando parecía estar en la cima de su carrera. “Yo lo manejaba muy bien. Me emborrachaba dos días antes del partido. Llegaba, funcionaba… Ganábamos, hacía uno o dos goles. Trabajaba más que cuando no tomaba”, relató.
Sin embargo, este hábito, que parecía estar bajo control, pronto comenzó a dominar su vida. Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, Guarín tocó fondo. En un momento de desconexión total, intentó lanzarse desde el balcón del piso 17 donde vivía en Brasil. “Salté y la malla del balcón me devolvió. No era consciente de lo que estaba haciendo”, recordó con pesar.
El futbolista también confesó que podía consumir hasta 70 cervezas en una noche, buscando adrenalina en lugares peligrosos y situaciones de riesgo. “Me iba para la favela y estaba con cualquier chica. No medía el peligro. Me abandoné por completo”, reconoció.
La fuerza de un amigo y el poder de la familia
Hoy, después de superar lo que él describe como “un infierno personal”, Guarín lleva más de seis meses sin consumir alcohol. Este logro, sin embargo, no habría sido posible sin el apoyo incondicional de su círculo cercano. Entre ellos, destacó especialmente a Juan Fernando “Juanfer” Quintero, su compañero en la selección colombiana.
“Juanfer estuvo ahí siempre. Me ayudó en los peores momentos. Nunca dejó de insistir en que tenía que cambiar, en que había esperanza. Su apoyo fue clave para mi recuperación”, expresó Guarín con gratitud.
Además, Guarín subrayó el papel de su familia en su proceso de sanación. “Mis hijos, mis padres, mis hermanos… Fueron mi ancla. Ellos me recordaron quién soy y me dieron la fuerza para salir adelante”, añadió.
Un mensaje de esperanza
A pesar de los momentos oscuros, Fredy Guarín ahora comparte su historia con el objetivo de inspirar a otros que puedan estar enfrentando batallas similares. “Quiero que mi experiencia sea un testimonio para aquellos que sienten que no hay salida. Siempre hay una segunda oportunidad si uno decide tomarla”, afirmó.
El ex mediocampista reconoce que su lucha no termina aquí y que mantenerse sobrio es un compromiso diario. No obstante, está decidido a construir un nuevo capítulo en su vida, lejos de las sombras del pasado y enfocado en su bienestar y el de su familia.
Fredy Guarín no solo fue un ícono en el campo de juego; hoy, su valentía al enfrentar sus demonios lo convierte en un símbolo de resiliencia y esperanza para quienes buscan redimirse.