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Cuenta el historiador Suetonio que ese día en el Senado, en plena Guerra Civil contra Pompeyo, Julio César lució inmenso como nunca y tal vez por ello, su célebre frase, Veni, vidi, vici o llevado del latín al español, llegué, ví y vencí, ha trascendido en el tiempo como sinónimo de grandeza, de una victoria de proporciones épicas, como aquella que el legendario estratega había obtenido en la famosa batalla de Zela.

Podía haber comenzado de otra manera, es real, tal vez adentrándome de lleno en el asunto que nos concierne, pero es que se imponía, me urgía encontrar una analogía, puede que no sea la más exacta, pero siento que es la que mejor se asocia con la increíble impronta dejada por Walid Regragui y el equipo de Marruecos en el Mundial de Fútbol de Qatar.

Regragui el conquistador

Y en este punto, la distancia entre César y Regragui es insondable, pero mirando en perspectiva lo hecho por el entrenador marroquí en la presente justa, me lleva a verlo, imaginarlo de un modo sutil siquiera como una especie de emperador o conquistador y es que Walid, aquel que no trascendió como jugador a pesar de tener buenas condiciones como lateral, Walid Regragui, llegó, vio y también venció.

Los magrebíes perdieron ante Francia, irán el sábado ante Croacia a discutir el tercer lugar, pero ya habían ganado, antes del partido de este miércoles en suelo islámico, los “Leones del Atlas” habían ganado.

Génesis de la epopeya

Las señales de la epopeya se podían leer desde el minuto 1 de aquel primer juego, hubo historia en cada salida, justo desde aquel debut frente a los balcánicos en la fase de grupos, hasta convertirse en el primer elenco de África en llegar a una semifinal de una Copa del Mundo.

Hoy cayeron 2-0 ante Francia, los actuales campeones y tal vez el equipo que levante la copa el domingo, pero por momentos, momentos largos incluso, por momentos dieron la impresión de que podían ganar, tras el gol de Theo Hernández pudieron esconderse tirarse atrás pero no, sin complejos salieron a jugar y otra vez enamoraron con su juego.

Todo cambió

Marruecos perdió y puede que el sábado ante Croacia, en la discusión del tercer lugar vuelvan a perder, igual, como sea ya ganaron, cambiaron el guion que reflejaba la pérfida hegemonía de europeos y sudamericanos en este deporte, el deporte más hermoso del mundo.

Ziyech, Hakimi, Bono, Boufal, son nombres que quedaran inmortalizados en los anales de los Mundiales de Fútbol y si se habla de aquel Egipto que iluminó el camino para el continente en 1934, del Camerún de 1990, la Nigeria del 98, la Senegal del 2002 y la Ghana de 2010; habrá que hablar como en el 70 y el 86 de Marruecos, los “ Leones del Atlas”, el grupo con el pocos contaban pero que tal vez haya escrito la historia más hermosa de estos días allá en Qatar.