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Desde 2020, la Supercopa de España ha encontrado un hogar temporal en Arabia Saudí, un cambio que responde a la ambición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de revitalizar un torneo que había perdido interés entre los aficionados y clubes. Aunque la edición de 2021 se celebró en Sevilla debido a las restricciones de la pandemia, el acuerdo con el país árabe incluye compromisos que extienden la competición en esta sede hasta 2030.

Un torneo en busca de reinvención

El formato tradicional de la Supercopa, que enfrentaba al campeón de Liga y al de Copa del Rey, dio paso a un modelo más competitivo y atractivo: un torneo cuadrangular en el que participan los dos finalistas de la Copa del Rey y los dos primeros clasificados de LaLiga. Este nuevo esquema no solo amplía el interés deportivo, sino que también permite que más equipos y aficionados se sientan representados.

La idea de trasladar el torneo al extranjero, impulsada durante la presidencia de Luis Rubiales, tenía dos objetivos principales: aumentar la visibilidad global del fútbol español y generar mayores ingresos económicos. Arabia Saudí emergió como la opción ganadora tras una “subasta” en la que participaron varias naciones interesadas en albergar el evento.

Un acuerdo multimillonario hasta 2030

El primer contrato con Arabia Saudí abarcó el período 2020-2021, con un pago estimado de 120 millones de euros por tres ediciones. Este acuerdo incluía también beneficios económicos directos para los clubes participantes, que vieron incrementados sus ingresos gracias al evento. En 2022, la RFEF renovó automáticamente el acuerdo hasta 2024, y posteriormente amplió el compromiso hasta 2030, asegurando un pago anual de aproximadamente 30 millones de euros.

Impacto deportivo y económico

La decisión de llevar la Supercopa a Arabia Saudí no ha estado exenta de controversias. Críticos argumentan que el torneo ha perdido parte de su esencia al disputarse fuera de España, mientras que defensores destacan los beneficios económicos y la posibilidad de conectar con una audiencia internacional.

Para los clubes participantes, la Supercopa no solo es una oportunidad de ganar un título, sino también de recibir una compensación económica significativa, que puede ser crucial para equipos con presupuestos ajustados.

¿Qué esperar de cara al futuro?

El contrato con Arabia Saudí asegura que la Supercopa se mantendrá en esta región durante seis años más, lo que plantea interrogantes sobre el impacto a largo plazo en la percepción del torneo. Aunque el formato actual ha demostrado ser exitoso en términos financieros, el desafío será mantener el interés deportivo y la conexión emocional con los aficionados locales, quienes ahora solo pueden disfrutar del torneo desde la distancia.

Con estos acuerdos, la RFEF ha dado un paso audaz hacia la globalización del fútbol español, marcando un antes y un después en la historia de un torneo que, aunque lejos de casa, sigue siendo una de las principales vitrinas del balompié ibérico.