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Para cualquier amante del fútbol las tarjetas amarilla y roja son pan nuestro de cada día. Entraron en vigencia en la Copa Mundial de la FIFA de México 1970 y marcaron un antes y un después en la manera de jugar y comprender el deporte rey.
De ahí en más, estos 2 cartones han regido el juego más globalizado de todos por más de 50 años y, aunque su utilización ha variado ligeramente con el paso del tiempo respecto a las acciones en los que se utilizan, siguen siendo el barómetro que mide las faltas e infracciones de todo tipo dentro y fuera del campo.
Sin embargo, ayer en Portugal ocurrió algo curioso. Por primera vez en la historia del balompié un árbitro sacó tarjeta blanca. Sí, como se lee, dejaron de lado los tradicionales colores o, más bien, añadieron otro que viene a dar sentencia sobre hechos que antes no ameritaban de una tarjeta para ser señalados.
Lo curioso del caso es que uno pensaría en una acción que atente contra el juego limpio de alguna forma, pero no hay nada más lejos de la verdad. Resulta que esta cartulina se aplica a situaciones donde uno de los protagonistas (futbolista, miembro del cuerpo técnico o persona involucrada de manera directa o indirecta al juego) fomenta el ‘fair play’.
Fue así como en la jornada del sábado en el fútbol femenino portugués de máxima categoría la jueza Catarina Branco ‘amonestó’ a los médicos de los clubes Benfica y Sporting por asistir eficientemente a una persona que se desplomó en la zona técnica. El hecho no pasó desapercibido para los fanáticos presentes, ya que estos les brindaron un fuerte aplauso a los galenos que tuvieron el noble gesto.
Como curiosidad, hay que recordar que en España ya hubo tarjetas blancas, puesto que cuando la FIFA indicó el uso de las tradicionales amarilla y roja, la primera fue blanca en España durante 5 años. Luego se cambió al tradicional amarillo que vemos hoy.