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En un gesto sin precedentes de apoyo y humanidad, el club chileno de segunda división San Antonio Unido ha decidido ofrecer un contrato de por vida a su arquero, Cristóbal Campos, quien sufrió la amputación traumática de parte de su pie derecho tras un grave accidente de tráfico. El presidente del club, Guillermo Lee, ha dejado claro que Campos “se irá cuando él quiera irse”, reafirmando el compromiso del equipo con su bienestar.

La tragedia ocurrió la madrugada del 2 de septiembre, cuando Campos perdió el control de su camioneta en la Ruta 78, resultando en un accidente que dejó su vehículo volcado bajo una pasarela. A pesar de los esfuerzos médicos, la gravedad de la lesión llevó a la pérdida irreversible de parte de su extremidad. Este suceso ha conmovido no solo a los aficionados del equipo, sino a toda la comunidad futbolística chilena.

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Desde el primer momento, San Antonio Unido ha estado a la altura de las circunstancias, cubriendo todos los gastos médicos y asegurando el bienestar de su jugador. “En la Segunda División no hay seguros de accidentes, lamentablemente. Pero nosotros estamos comprometidos a brindarle la mejor rehabilitación posible”, destacó Lee. Su compromiso incluye la extensión del contrato actual de Campos, que finaliza al término de la temporada, hasta que él se recupere completamente.

La extensión del contrato se activará de inmediato en el momento en que el arquero presente una licencia médica, lo que garantiza su estatus como jugador del club mientras dure su proceso de recuperación. Guillermo Lee también mencionó que, en caso de que Campos no pueda volver a jugar, se le ofrecerá un rol en el club como preparador de arqueros o entrenador, asegurando que su vínculo con San Antonio Unido se mantenga “ad eternum”.

Este acto de solidaridad no solo refleja la esencia del deporte, sino que también resalta la importancia del apoyo mutuo en tiempos difíciles. La comunidad futbolística, jugadores, dirigentes e hinchas, se han unido en un solo clamor: el deseo de ver a Cristóbal Campos recuperado y de vuelta en el campo, no solo como un jugador, sino como un símbolo de resiliencia y unidad en el fútbol chileno.