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Hubo rumores de todo tipo con respecto a Oneil Cruz. Que si jugaba, que si no jugaba, que si dinero, que si desacuerdo, que si tal, que si cual. Sea como sea, todos estos rumores finalizaron el sábado con el debut del estelar del Licey frente a las Águilas Cibaeñas en Santiago y los dos jonrones que conectó el domingo en San Francisco de Macorís.
Y el escenario no pudo ser mejor para los dos primeros palos del criollo con su nuevo uniforme. Frente a su nuevo equipo, quienes recibían los anillos de campeones. Y pensar que uno de esos anillos le corresponde a él, por ser parte de los Gigantes en el gallardete del año pasado.
Por supuesto que estos dos jonrones en las primeras de cambio no significan nada. Aún queda pelota y todavía le quedan turnos por consumir a Cruz con el Licey, pero algo sí dejo claro: va en serio, todo lo que se dijo sobre el campocorto fueron elucubraciones y nada más y que Licey tiene ahora mucho más poder de fuego.
“Estoy cogiendo el time”, dijo luego de finalizar el partido al PadyTv. “La idea es ayudar al equipo a ganar. La idea es batallar día a día. Con hacer su trabajo uno ayuda al equipo“.
Cruz cree que aún no está listo en su swing. “Hay que coger el timing. Vendrán días mejores”, dijo. “Vengo a trabajar la seleccción de pitcheos. Trabajar más con los (pitcheos) rompientes y no hacerle swing a pitcheos malos“.
Al terminar la entrevista dijo: “Al Licey yo lo amo. Ese equipo es como los Yankees y sus fanáticos son los mejores”.
El lineup de los azules cambia considerablemente con la adición del bate de Oneil. José Offerman tiene para confeccionar un lineup con Sergio Alcántara, Ronny Mauricio, Ramón Hernández, Miles Mastrobuoni, Mel Rojas, Alex Call y Taylor Kohlwey, uno tras otro.
Esto será un tormento para el lanzador contrario. Además, el Licey recibe esta semana el bate de Jorge Alfaro, connotado receptor de Grandes Ligas, quien también es un buen toletero.
Cruz viene este año de conectar 17 jonrones y remolcar 54 carreras con los Piratas de Pittsburgh en 87 juegos. Esto quiere decir que su poder de fuego es inmenso. Pero eso no es todo, en un estadio donde a los bateadores de pasillo les va muy bien, Cruz parece tener el camino cimentado para convertirse en la gran sensación del Licey a final de temporada.
Pero regresemos a la alineación. Con Pablo Reyes, Jair Camargo, Jairo Asencio, Luis Barrera, Michael De León y Michael De La Cruz y los hermanos Bonifacio disponibles también para labores ofensivas el Licey podría, fácilmente, confeccionar un equipo A y un equipo B. O, dicho de otra manera, no hay forma de que el Licey debilite su poder de fuego si Offerman decide darle descanso a cualquiera de sus titulares.
A la defensiva, el aporte de Cruz es inconmensurable. Es un campocorto probado en las mayores, rápido, ágil. Ahora el Licey tendrá un infield sin huecos.
Oneil fue la transacción de receso de temporada más importante del Licey. Y con sus dos jonrones no solo le aguó la fiesta a sus excompañeros sino que puso muy cerca de la clasificación de postemporada al equipo azul.
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