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El regreso de la Fórmula 1 tras un parón de más de tres semanas ha traído consigo controversias inesperadas. La escudería Red Bull, protagonista indiscutible de la temporada, se ha visto obligada a realizar modificaciones en su monoplaza de cara al Gran Premio de Austin, Texas. ¿El motivo? La posible inclusión de un sistema ilegal que habría permitido ajustar la altura del vehículo entre la clasificación y la carrera, violando las estrictas normas de parque cerrado que prohíben tales modificaciones. Pese a la gravedad de las acusaciones, todo indica que el equipo no enfrentará sanciones.

La polémica del ajuste de altura

El escándalo surgió cuando equipos rivales advirtieron a la Federación Internacional del Automovilismo (FIA) que Red Bull podría estar utilizando un dispositivo para alterar la altura del suelo del coche de Max Verstappen y Sergio Pérez. Según reportes de la BBC, este sistema permitiría ajustar la altura en función del combustible, un aspecto que está completamente prohibido durante el parque cerrado, donde los autos no pueden ser modificados tras la clasificación. Red Bull reconoció la existencia del dispositivo, pero argumentó que solo era accesible antes de montar el coche y no durante las competiciones.

La FIA emitió un comunicado aclarando que cualquier ajuste en la altura del babero delantero durante el parque cerrado viola las normas. Sin embargo, subrayaron que no se ha demostrado que ningún equipo haya utilizado este sistema con fines de ventaja competitiva, y que continuarán vigilando de cerca el cumplimiento de las regulaciones.

Reacción de Red Bull

La escudería Red Bull rápidamente salió al paso de las acusaciones. Según sus declaraciones, el dispositivo tenía como finalidad acelerar los reglajes del coche en condiciones desmontadas y no buscaba alterar la aerodinámica durante las carreras. A pesar de que los rumores sobre esta pieza irregular comenzaron a surgir en mayo, Red Bull ha mantenido su postura de que el mecanismo no fue usado para infringir las reglas.

Aun así, la FIA ha obligado al equipo a eliminar este componente para evitar sospechas de sus competidores. A pesar de la polémica, Red Bull no recibirá sanciones, un desenlace similar al ocurrido con McLaren y los alerones flexibles en Singapur, los cuales tampoco generaron penalizaciones severas.

Rendimiento en declive

El rendimiento de los monoplazas de Red Bull ha generado interrogantes en las últimas carreras. Después de dominar en Japón, el equipo sufrió un bajón significativo en Miami, donde tanto Verstappen como Pérez se vieron superados. Este descenso en el desempeño ha alimentado la especulación de que Red Bull ya no era capaz de modificar la altura de sus coches, lo que antes les permitía sortear mejor los bordillos de los circuitos.

Mientras la temporada de Fórmula 1 se acerca a su recta final, el incidente de Red Bull pone de manifiesto las tensiones en el paddock. Aunque la FIA ha garantizado que mantendrá una vigilancia estricta sobre las prácticas técnicas de todos los equipos, este episodio resalta la fina línea entre innovación y trampa. Red Bull ha sido obligado a realizar cambios, pero se librará de una sanción. Ahora, todas las miradas estarán puestas en su rendimiento en el Gran Premio de Estados Unidos, donde se espera ver si estos ajustes afectarán su dominio en la pista.