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Horas después, todos siguen hablando sobre lo acontecido allí en Budapest, capital de Hungría, justo cuando la estelar Jasmine Camacho-Quinn quedó a una centésima del título en los 100 metros con vallas femenino del XIX Campeonato Mundial de Atletismo que corrió sus cortinas en suelo húngaro el pasado 19 de agosto.

Ligeros problemas en la arrancada, empañaron una carrera casi perfecta y tal vez por un conjuro de los dioses del deporte, a pesar de registrar un tiempazo de 12,44,  Camacho Quinn acabó siendo relegada por la monarca del orbe en 2015, la jamaica Danielle Williams.

La boricua había dejado su impronta en preliminares y de igual manera en semifinales, plasmando las mejores marcas en cada una de estas instancias y era la gran favorita de los especialistas para teñirse de gloria allí en el este de Europa.

Jasmine Camacho-Quinn en el Mundial de Atletismo Budapest 2023

La vigente campeona olímpica de Tokio, llegaba a Budapest buscando hacer historia luego de tener una temporada de ensueño en la Liga del Diamante y el resto de las paradas del presente curso.

De esta manera, un año después de obtener la presea de bronce en el Mundial de Eugene y entrar a los libros como la primera mujer de Puerto Rico en ganar una medalla en este tipo de certámenes, un año después, con su metal de plata, Camacho-Quinn se convirtió en la fémina con mejor resultado en el magno evento del campo y pista.

Jasmine Camacho-Quinn esculpió su legado en el Mundial de Atletismo Budapest 2023

Si bien no pudo ganar, la antillana, nativa de Charleston, en Estados Unidos pero de madre boricua (el aliciente que la ha llevado a representar a la Isla del Encanto en la arena internacional)la antillana siguió esculpiendo su legado como una de la luminarias del atletismo caribeño y mundial.

Se trata de otro claro ejemplo de constancia y superación, pues cabe recordar que Jasmine Camacho-Quinn quedó eliminada en semifinales de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero hoy, al instante de escribir este texto en su hoja de servicios emergen la medalla de oro de Tokio, el bronce de Eugene y esta plata en Budapest, elementos más que suficientes para abrirle un espacio en el sitial sagrado del atletismo.