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Tanto esperar para no poder celebrar; los Golden State Warriors aguardaban con ansias el retorno a las canchas de su figura estelar Stephen Curry, tras haber estado ausente durante los últimos 11 partidos, en medio de una inestabilidad en cuanto a resultados que ha tenido esta divisa.
La tan esperada reaparición se produjo este martes en el propio escenario del “Chase Center” ante un conjunto de los Phoenix Suns que venía pasando por su peor momento de la temporada y ante los Warriors vieron frenar una seguidilla de 6 derrotas que lo ubicaron entre los últimos puestos de la zona de clasificación.
El encuentro culminó con victoria para la visita 125-113, con todo y las ausencias importantes de Devin Booker y DeAndre Ayton por los Suns, pero que tuvieron en Mikal Bridges como su mejor hombre con 26 puntos y Damion Lee, ex jugador de Warriors y que recibiera su anillo de actual campeón, desde la banca con 22 contables.
Por el bando local, Curry se mantuvo por espacio de 31 minutos en cancha, anotando para un 36,4% y encestando 3 de 4 intentos de la larga distancia, su especialidad, y en total dejó saldo de 24 puntos, un poco alejado de lo que nos tiene acostumbrado.
Desde un inicio, el que llevaba la voz cantante en la ofensiva era Klay Thompson, quien ya sumaba 17 puntos antes de concluir la primera mitad, sin embargo, culminó con 29 unidades y 5 rebotes al final de la duela; Jordan Poole, esta vez sorpresivamente desde la banca, logró aportar 27 tantos.
Con esto, ya son 3 derrotas en fila para Golden State, pero lo más preocupante es que han sido todas ellas en casa, justamente la que ha sido su mayor fortaleza, y ante 3 equipos que no venían con buen presente, hablamos de los Pistons, Magic y ahora los de Phoenix.
Mucho que replantear ahora tendrán los dirigidos por Steve Kerr, con registro de 20-21 y de nuevo amenazados por quedar fuera de los primeros 8 de la conferencia del oeste, aún cargando el peso en sus espaldas de ser los actuales campeones de la liga.