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Derrick Rose, el MVP más joven en la historia de la NBA, ha decidido poner fin a su carrera como jugador, una noticia que ha conmovido al mundo del baloncesto. Con un legado que abarca desde su impresionante ascenso hasta los desafíos que enfrentó tras sufrir múltiples lesiones, Rose se retira dejando una huella imborrable. Su exentrenador y mentor, Tom Thibodeau, quien estuvo junto a él en algunos de sus momentos más icónicos, le dedicó una emotiva carta de despedida, compartida a través de las redes sociales de los New York Knicks.

En su carta, Thibodeau no solo resaltó la grandeza de Rose en la cancha, sino también la calidad de persona que siempre fue fuera de ella. “Felicidades a Derrick Rose por su carrera digna del Hall of Fame. No era solo un gran jugador, como se veía en los ojos de sus rivales, sino que es aún mejor como persona, compañero, marido y padre”, expresó el entrenador. Thibodeau también destacó la resiliencia de Rose, quien superó adversidades significativas, incluidas lesiones devastadoras que lo alejaron de su mejor nivel durante varias temporadas consecutivas. “Fue inspirador verlo crecer y seguir adelante sin importar lo que pasara. Es y siempre será una persona muy especial”, añadió con admiración.

La relación entre Thibodeau y Rose trasciende lo profesional. Juntos, construyeron unos Chicago Bulls que prometían dominar la NBA antes de que la rodilla de Rose lo frenara bruscamente en 2012. A pesar de las dificultades, ambos volvieron a coincidir en los New York Knicks en 2020-21, llevando al equipo a una destacada temporada en la Conferencia Este. Thibodeau sigue en Nueva York, pero Rose siempre será recordado no solo como un jugador espectacular, sino como un símbolo de superación y fortaleza mental.

El legado de Derrick Rose no solo se medirá por sus estadísticas, sino por el impacto emocional que generó en los fanáticos y en la comunidad del baloncesto.