Fuera de la magistral tarea que vienen cumpliendo Nikola Jokic y Jamal Murray para Denver, el gran nombre de las Finales 2023 para los de Michael Malone está siendo el de Aaron Gordon. El ex de Orlando Magic ya venía teniendo una buena serie frente a Miami Heat, pero se destapó por completo en un Partido 4 clave, al terminar con 27 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias, 2 robos y un 11-15 de campo.
En un encuentro en el que Jokic tuvo problemas de faltas y Miami decidió limitar al Murray anotador con defensas agresivas y doble-marcas, la figura de Gordon tomó el centro de la escena, para darle un golpe a los de Spoelstra que podría ser letal.
Más allá de que, en este caso, nadie va a pensar en él como un posible MVP de las Finales, lo cierto es que esta gran versión de Gordon no es la primera vez recientemente en la que un alero habitualmente asociado a lo defensivo y a un rol secundario, se transforma en una pieza fundamental en el escenario más grande de la temporada. De hecho, hasta podría decirse que se ha vuelto una tradición ver a este tipo de jugadores brillando en Finales.
Sin ir más lejos, en 2022 fue lo que sucedió con Andrew Wiggins en el Warriors-Celtics, complementando un gran trabajo defensivo contra Jayson Tatum, con una producción decisiva en ataque: 18,3 puntos para seguir a Stephen Curry como el segundo máximo anotador del campeón.
Otro de los ejemplos más claros también se dio con Golden State, pero en ese caso con Andre Iguodala en las Finales 2015 entre Warriors y Cavaliers. Iggy no solo hizo una enorme labor en la marca de LeBron James, sino que además tuvo una contribución inusual en ataque, con 16,3 puntos y 4 asistencias de media.
Tan bueno fue lo de Iguodala en ese año que se llevó el MVP por encima de jugadores como Curry, Klay Thompson o Draymond Green.
Un año atrás, en 2014, había sucedido algo muy similar en el Spurs-Heat con un Kawhi Leonard que por entonces destacaba más que nada como defensor. El hoy alero de los Clippers anuló en esa serie a LeBron y comandó a los texanos en ataque con 17,8 puntos y 61% de campo, para también quedarse con un inesperado premio al Más Valioso.
El campeón de la 2011-2012, Miami Heat, también dejó otro ejemplo de estos aleros two-way que combinan un gran aporte en ambos costados: Shane Battier. Especialista defensivo, que promedió solo 4,8 puntos en Fase Regular, pero elevó esa media a 11,6 unidades en la definición frente al Thunder.
¿Más ejemplos recientes? Shawn Marion en las Finales 2011, defendiendo a LeBron en la serie más catastrófica de la carrera de James y consolidándose como el tercer mejor anotador de Dallas, con 13,7 puntos en la serie.
Uno más: Trevor Ariza, campeón con Lakers en 2009 y clave en la serie ante Orlando: 11 puntos, 42% en triples y defensa durísima durante todas las Finales.
Algunos casos son más recordados que otros, incluyendo un par de MVP. Pero con premio o sin él, la historia reciente de la NBA nos demuestra que tener a esta clase de aleros defensivos, con la capacidad de elevar su producción en ataque cuando más importa, es una tendencia que se repite en muchos de los campeones de los últimos 15 años.
Y a partir del Partido 5 en el Ball Arena, Denver y Aaron Gordon buscarán sumarse a esa lista.
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