Lonzo Ball no juega desde enero de 2022 debido a persistentes problemas en la rodilla que inicialmente parecían menores, pero que lo sumergieron en un ciclo interminable de dolor y recaídas. Después de agotar opciones convencionales, Ball optó por someterse a una operación experimental en 2023, que incluyó un trasplante de menisco y otros tejidos, en un intento casi desesperado por salvar su carrera.
Aunque la recuperación no fue inmediata, Lonzo ha progresado significativamente a lo largo de 2024. Hace solo unas semanas, el entrenador de los Bulls, Billy Donovan, confirmó que Ball estaba participando con normalidad en las sesiones de entrenamiento. Ahora, el base se prepara para su redebut en la NBA, con la esperanza de contribuir al equipo en la próxima temporada.
Si bien no se espera que Ball regrese de inmediato al nivel en el que se encontraba antes de su lesión, cuando era uno de los mejores defensores y pasadores de la liga, su vuelta a la cancha es un logro notable. El regreso de Lonzo Ball marca un momento especial no solo para los Chicago Bulls, sino también para la NBA, donde su talento y esfuerzo han sido admirados desde el inicio de su carrera.