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Uno de los atractivos que siempre ofrece la temporada de la NBA se ubica en este mes de febrero con la realización del “Juego de las Estrellas”, el cual desde la edición de 1951 se viene organizando con la finalidad de reunir a los más destacados de ambas conferencias y muestren lo mejor de sus dotes en la cancha para hacer disfrutar a los aficionados de esta disciplina.
A lo largo de este tiempo, la liga ha tenido que refrescar su formato de competición, de manera de que siga siendo atractivo para las nuevas generaciones, y uno de los cambios más drásticos que ha efectuado fue la designación de dos capitanes, electos por mayoría de votos para que sean ellos que escojan a sus abridores, tal como ocurriera este domingo en Utah.
Así como otras nuevas modalidades, como regresar el marcador a 0 puntos una vez que culmine un periodo, además de colocar un “target” u objetivo final de puntos en el cuarto decisivo, el cual se juega ahora sin tiempo en el reloj del partido.
Sin embargo, no es ningún secreto que se trata de un partido de exhibición que no suma en la tabla de posiciones de la liga, tal como sucede en otras competiciones de los Estados Unidos, como la MLB, NFL o la MLS, entonces acá no vamos a observar a los jugadores esforzarse más de la cuenta o exponer sus físicos en un deporte de contacto como este, precisamente para evitar una lesión innecesaria.
Recordemos que antes de iniciar la temporada, el Oklahoma City Thunder sufrió la baja de su ‘pick’ 1 del Draft Chet Holmgren, tras un choque con LeBron James en una jornada del “Crassover League”, una especie de juego de exhibición entre universidades y pues se ha perdido momentáneamente su debut como profesional.
Haciendo un repaso por lo sucedido en el “Vivint Arena” de Utah, ya de por sí 3 jugadores llamados a ser abridores debieron ausentarse por venir arrastrando problemas físicos, como Stephen Curry, Kevin Durant y Zion Williamson; además que el propio Giannis Antetokounmpo solo estuvo en la primera posesión y tras encestar la canasta, enseguida se dirigió al banquillo.
Entonces, sabemos que este partido se caracteriza por jugar un poco más relajado y con jugadas casi que acrobáticas para la tribuna, algo que el mismo deporte lo permite; pero al parecer, este abuso de espectáculo y permisividad entre los “defensores” ha escapado de las manos y a muchos seguidores no les ha caído muy bien.
Comentarios en diferentes cuentas de redes sociales así lo han dejado saber, pero no solo de aficionados comunes, sino de los propios protagonistas; uno de ellos fue Jaylen Brown, que tuvo una destacada jornada de 35 puntos con el “Team LeBron”, y al final del encuentro se le notó algo inconforme y llegó a soltar la siguiente perla: “Esto no es baloncesto”.
Otro que no se quiso quedar callado fue el serbio Nikola Jokic, de quien se esperaba una mejor participación, y que en algunos momentos prefirió no continuar en el tabloncillo y seguir siendo parte de un “show” que no le estaba satisfaciendo; “este juego no es para mí”.
Hasta su propio entrenador en los Nuggets, Michael Malone, que estuvo al frente del “Team LeBron”, salió al frente indicando que “este fue el peor partido de baloncesto nunca jugado”.
A esto le sumamos la cantidad de seguidores que manifestó su descontento y que ni siquiera pudieron seguir la transmisión completa del evento hasta su final. Al punto que las jornadas anteriores de las competencias de triples, volcadas, mates, así como el “Jordan Risins Stars” tuvo mayor aceptación.
Ante esto, ¿Tomará medidas la NBA para próximas ediciones? lo único que se sabe es que para el 2024 el “All Star Game” está llamado a realizarse en Indiana; pero tal parece que urge nuevos cambios y un mayor enfoque de parte de los jugadores, si es que no se desea que sigan lloviendo los señalamientos.