Your browser doesn’t support HTML5 audio

Por ese entonces, ya los Dolphins tenían su legado en el fútbol americano, pues habían ganado la séptima y octava edición del Super Bowl (1972 y 1973). De igual modo los Marlins habían ganado dos épicas Series Mundiales en Grandes Ligas, venciendo a Cleveland en 1997 y ultrajando a los Yankees de Nueva York en 2003…

Corría el año 2006 y así, con esos recuerdos enquistados en la memoria, la gente allí en Florida pasaba sus días, esperando que en el baloncesto también llegaran tiempos mejores.

Dieciocho años después…

Habían transcurrido 18 años desde la fundación del Miami Heat y con el mítico Pat Riley en el banquillo,  luego de un dramático regreso tras su salida en 2003, con Riley en el banquillo, la ilusión se desbordaba en el espíritu de una fanaticada que deseaba a toda costa ganar el anillo.

Todo se había conjugado casi de modo perfecto y con el retorno de Riley, se lograba conformar el mejor elenco posible para contender por la corona, luego de sucesivas campañas sucumbiendo en postemporada.

El momento llegó

Aquel era el elenco soñado; Antoine Walker, James Posey, Gary Payton, Udonis Haslem y como un monstruo mitológico de esos de tres cabezas, emergían en su mejor condición, Dwayne Wade, Shaquille O Neal y Alonzo Mourning.

El Heat acabó segundo en la Conferencia Este con forja de 52-30 y en playoffs liquidaron la serie de primera ronda ante los Bulls en seis partidos, con un O Neal imposible en último juego, marcando 30 cartones y recogiendo 20 rebotes.

En semifinales abrumarían a los Nets en cinco encuentros, para ir contra los Pistons a discutir el cetro del Este…

Los de Detroit no pudieron con la maquinaria de Riley y todavía están bien frescas las imágenes de aquel sexto desafío en el que Shaq y Wade se combinaron con 21 y 26 cartones respectivamente.

Las Finales

Ese fue el recorrido hasta las Finales y en dicha instancia, esperaban los sorprendentes Mavericks del coach Avery Johnson y el alemán Dirk Nowitzki como estrella rutilante.

Las cosas no empezaron bien para los sureños y es que los chicos de Riley no vieron la luz en el American Airlines Center de Dallas, saliendo por la puerta de atrás en los dos primeros partidos, 90-80 y 99-85.

La hora de Dwayne Wade

Hasta ahí llegaría la historia para Nowitzki y compañía en esas Finales, pues Miami no daría tregua en los siguientes cuatro choques, imponiéndose en Florida, 98-96, 98-74 y 101-100 y rematando como visitante en el sexto cotejo, con pizarra de 95-92.

Fue el primer título de la franquicia y algunos hablan de Dwayne Wade, flamante MVP de las Finales con ese exorbitante promedio de casi 35 puntos, pero lo cierto es que la dinámica de equipo fue lo que pudo marcar la diferencia.

El presente

Diecisiete años después, en otro mes de junio, con otros dos títulos en sus vitrinas, Miami se encuentra en otra final y a solo minutos de arrancar el segundo partido ante los Nuggets de Denver en el Ball Arena, muchos se preguntan si la escuadra de Erick Spoelstra puede tener opciones reales contra Nikola Jokic y su banda.

Es simple, solo bastaría con mirar atrás, quizás remontar el pensamiento hasta aquel año 2006 y entonces comprender que hablamos de uno de los auténticos legados que se han forjado en este siglo dentro de las duelas de la NBA y por ello… sí, cualquier cosas es posible, hasta una remontada histórica como aquella…¿será?.