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Como una música acompasada de violines, algo en extremo perfecto y pienso en una sinfonía al ver el ritmo armónico  que despliega el estilo de juego propuesto por Will Hardy, el coach de los Jazz de Utah, el mismo que en su campaña de novato está encantando a todos.

Todo le sale bien al discípulo del gran Gregg Popovich, todo, incluso el enfoque mental que han mostrado en estos primeros compases de temporada ha desconcertado a los rivales, dejando atónitos a fanáticos y especialistas.

Un golpe de autoridad

En este sentido, hace unos días, pudimos ver como el elenco de Salt Lake City rompía una mala racha de 3 derrotas consecutivas nada menos que ante los Suns de Phoenix, uno de los pesos pesados en el Salvaje Oeste, justo cuando las dudas empezaban a emerger con fuerzas y muchos ya hablaban del fin de la utopía, del corto viaje, del sueño que había durado menos de un mes, pero…

Nada de eso, con una férrea defensa y Lauri Markkanen en estado de gracia como ha sido habitual, los chicos de Hardy no creyeron en los casi 50 tantos de Devin Booker y volvieron a la senda de la victoria.

Al más puro estilo de Popovich y San Antonio, dando un golpe de autoridad incuestionable, los Jazz revirtieron la tendencia para llegar a 11 éxitos en ese entonces y cimentar su ascenso a la cima en su Conferencia.

La misma receta

Si el triunfo ante Phoenix fue un canto de guerra para reafirmar las intenciones de la franquicia en esta temporada, anoche ante los Trail Blazers, se disiparon todas las dudas.

Con el primer lugar en disputa, Utah tampoco creyó en Damian Lillard, ni en Jerami Grant y frente a Portland sacó la casta de equipo grande.

Tal como lo reseñó ESPN, la pizarra 118-113 hablaba a las claras de la batalla campal que se había librado en las duelas entre los dos mejores elencos del Oeste.

Las figuras

Fue la noche de Malik Beasley, quien, con 29 puntos, entrando al tabloncillo desde la banca revolucionó el partido en momentos cumbres.

A la labor de Beasley se le sumó el imponente trabajo de Jordan Clarkson con 28 cartones; a la vez que el finlandés Markkanen completaba otra buena actuación con un doble- doble de 23 puntos y 10 rebotes.

La sinfonía…

Con el triunfo, los Jazz llegaron a 12 éxitos con 6 fracasos para afianzarse en el trono de la Conferencia Oeste.

Y en enero pudiera llegar la debacle y los Jazz mostrar su peor versión e ir en caída libre, puede ser, incluso en diciembre, pero hasta ahora, hasta este minuto en que escribo, la huella que van dejando se siente así, como una hermosa sinfonía de fin de año y eso es lo mejor.