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Ha sido señalado, criticado, y hasta asegurado como ficha de cambio antes de iniciar la actual temporada de la NBA, más cuando el coach Darvin Ham decidiera enviarlo de plano hacia el banquillo de suplentes, desatando cualquier cantidad de cuestionamientos en su contra.
Pero la estrategia de momento no le ha salido mal, ya que cuando Russell Westbrook al poco tiempo de iniciado algún partido es la primera opción de cambio para su entrenador y de inmediato comienza a rendir lo que de él siempre se espera.
No se puede olvidar tampoco que antes de esta nueva implementación, siempre se lograba observar a Westbrook algo apartado del resto del grupo, pero sobre todo con ásperas relaciones con LeBron James, algo que hacía pensar en la real posibilidad de una negociación para concretar su salida.
Pero siempre ha contado con el respaldo de Jeanie Buss y toda la plana mayor de los californianos, y más ahora que los Lakers con todo y sus constantes problemas internos y de lesiones, pareciera que finalmente han conseguido el camino y ya suman cuatro victorias en fila, y Westbrook ha podido ser uno de los artífices.
Justamente esos problemas son los que suelen sacar lo mejor de estos equipos, y lo que se ha podido observar es que tanto abridores y suplentes se han puesto el traje de obrero y que no todo va a girar alrededor de lo que pueda hacer LeBron James o en su momento Anthony Davis.
Pero nuevamente ha quedado demostrado en la victoria más reciente ante los Hawks que de los jugadores alternativos, el nombre de Russell Westbrook sobresale ampliamente, faltándole solo una asistencia para concretar otro triple doble más en su carrera, líder indiscutible en este renglón, y entonces es un candidato serio para obtener el premio al “Mejor Sexto Hombre” de la NBA.
Sus números están allí, pero quizás lo más resaltante es que ha decidido convertirse en un obrero más y dejar a un lado su historial de 14 temporadas en fila siendo titular en cada equipo donde ha estado, porque a la vez entiende que necesita trascender también a nivel colectivo, aunque su actual equipo no sea precisamente de los favoritos para ser campeón.