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Así, como un personaje salido de la fértil imaginación de Isaac Asimov y ahora mismo al pensar en Luka Doncic, me resulta imposible no recordar el clásico Yo Robot, del llamado padre de la ciencia ficción.

Es humano, parece que no, pero sí, Luka lo es, pero hay momentos como ha ocurrido en este comienzo de temporada, donde no se comporta como un ser normal, jugando un promedio de 40 minutos por partido, tal como refiere ESPN.

El desgaste

El mencionado registro condiciona a la vez que el esloveno sea en este minuto mientras escribo, uno de los jugadores más usados en la NBA y es que tras un arranque pletórico, los dirigidos por Jasson Kidd han transitado de modo inestable por la presente campaña. Un suceso este que ha conllevado al coach a tener que utilizar en demasía a su estelar.

Emociona, enamora ver a Doncic jugar así, desbordado, mostrando su casta de líder, jugando para el equipo y no para marcas personales o registros específicos, pero señores, el balcánico no es una máquina, no, repetimos, es un ser humano, como usted y como yo.

Doncic contra el mundo, solo, como el llanero solitario, siendo determinante a la ofensiva y un puntal en defensa; Doncic la bestia, el robot, se puede pensar…

Lo imposible

Se ve fuerte, con ganas, imparable, refrendando en cada salida a los tabloncillos su candidatura al MVP, tal como muestran sus números, 34, 3 puntos, 8,5 rebotes, 8,5 asistencias y 1,8 robos, pero entre líneas se puede leer de igual modo que ese ritmo no lo aguantara, pues sencillamente es imposible estar 50,60 o 70 partidos jugando a este nivel.

“… Es demasiado, nadie podría hacerlo…”- aseveró el propio Jasson Kidd en declaraciones al portal Yahoo Sports y al respecto enfatizó que era momento de que otros jugadores se sumaran a la causa.

Cambiar el guion

El guion con Doncic debe cambiar; hay ansiedad y deseos de victoria en la fanaticada de los Mavericks y ver al equipo en ese lugar número 9, deja un sabor amargo, tras recordar que meses atrás, el mismo grupo quedó a las puertas de una final, dándole batalla a los Warriors de Golden State en el Oeste.

Y es temprano, quedan más de 60 juegos, pero las cargas se deben compensar, de lo contrario en Dallas corren el riesgo de quedar a las puertas de playoffs y lo más importante, de perder a Luka Doncic y eso sería lo peor.