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No fue un espejismo, no, hace minutos se confirmó que aquella película que vimos hace unos días en el Tokyo Dome tenía una segunda parte y sin dudas, la misma fue mucho mejor.
Fue así, cuando Australia venció a Corea del Sur 8-7 durante la primera fecha del Grupo B en el quinto Clásico Mundial, todos pensamos casi al unísono de que se trataba de un hecho meramente casual, pero no, los oceánicos añadieron un nuevo capítulo a la increíble historia que vienen escribiendo en la presente edición del máximo certamen beisbolero a nivel de selecciones.
La acción
Desde el mismo primer episodio, quedó claro que estaríamos en presencia de un soliloquio australiano sobre la grama del majestuoso recinto beisbolero de la capital nipona, pues un doble de Rixon Wingrove con bases llenas puso en la pizarra un marcador de 3-0 que hubiese bastado para la victoria, sin embargo, los canguros estaban inspirados con el madero y seguirían su producción ofensiva ante el combinado asiático, sumando una rayita en el segundo capítulo y otra más en el tercero para el 5-0 parcial.
Ya en el cuarto tramo, segundos después de que los chinos lograran descontar en par de oportunidades, Robbie Glendinning mandó la bola a más de 440 pies; un soberano cuadrangular que sirvió para remolcar otras dos rayitas y asentar el clásico puntillazo en el ataúd de sus rivales.
La estocada final
En ese mismo inning, Australia agregaría tres anotaciones más para hacer delirar a sus parciales en las gradas, decorando la idea de un nocaut que nadie hubiese esperado antes de arrancar el choque.
Así llegaron a la parte baja del séptimo, instante en el que Darryl George pegó un sólido inatrapable, válido para remolcar la carrera número 12 y estampar el contundente fuera de combate.
El pitcher ganador fue Luke Wilkins, mientras que con la derrota cargaba H. Zhang.
Con el resultado y quedando a la espera de los enfrentamientos ante checos y japoneses, los australianos plantan bandera, dando un paso importante en pos de garantizar su pase a la segunda ronda, mientras que China solo podría salvar la honra ante Corea del Sur, aunque desde ya están preparando las maletas para el pronto regreso a casa.
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