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Ese fue un viaje largo, había salido desde la legendaria Filadelfia y cuando llegó allí a Anaheim en el verano último, la sensación que afloraba era esa, que era demasiado tiempo.

Todo comenzó en 2016, cuando los Filis lo eligieron en la primera ronda del Draft y en ese entonces, los reportes aludían a un talentoso jardinero, de buenas manos y un swing consistente.

Antes

Con ese aval irrumpió Mickey Moniak en las granjas del elenco de Pensilvania y si bien se comentó sobre marcados problemas a la hora de batear rompimientos, el prospecto tuvo éxito.

Debutó en Grandes Ligas en 2020, durante la temporada acortada por el Covid 19 y en 8 juegos, acabó recortando para 214/389/214, producto de tres imparables en 14 turnos al bate.

Reseña The Athletic que regresó al año siguiente y si bien tuvo un poco más de oportunidad, mientras Joe Girardi buscaba darle forma a su proyecto como timonel de los Filis, en 21 encuentros, Mickey Moniak solo bateó para 091, con 1 jonrón y 3 carreras impulsadas.

Parecía no encajar, buscó acomodar su mecánica, sumó horas en la jaula de bateo, pero nada, continuaba castigando a los lanzadores en Ligas Menores, pero al llegar al primer nivel se opacaba.

El largo viaje

A comienzos de agosto del 2022, hace menos de un año, luego de disputar otros 18 partidos con los Filis, bateando para 130, Moniak fue cambiado a los Angelinos, como parte del paquete que permitió la llegada de Noah Syndergaard a Filadelfia.

Acabó disputando 19 cotejos en el Big Show, vistiendo la casaca de su nueva organización, pero a pesar de sus 3 vuelacercas, siguió quedando a deber.

La estela del fiasco comenzaba a merodear, los Filis se habían cansado de él y las cosas en Anaheim no pintaban para ser diferentes.

La eclosión de Moniak

Explotó en primavera, durante la pretemporada y su exagerado OPS de 1185 nos da la medida de que aquella dinámica nefasta de antaño podía tomar un rumbo diferente.

Fue el guion que siguió en triple A y el 13 de mayo cuando fue llamado otra vez a Grandes Ligas, emergió el recuerdo de los fracasos anteriores.

Y sí, debía ser algo pasajero, de momento, como un viento de cuaresma, pero no, desde aquel primer desafío cuando sacó la pelota del parque ante los envíos de Cal Quantrill, no ha parado de batear.

Ha respondido con el madero y también a la defensa, mostrando en reiteradas ocasiones sus dotes como jardinero de élite.

El impacto

En sus primeros 10 juegos en esta zafra, Mickey Moniak muestra una línea de 419/438/935, con un OPS de 1373 y par de dobles, un triple y cuatro jonrones como extrabases, además de 7 carreras impulsadas.

A sus 25 años, la selección de primera ronda del 2016 parece haber dado forma a aquel viejo pronóstico; está causando sensación en todos los espacios mediáticos, potenciando sutilmente el impacto de una alineación que tiene a hombres como Mike Trout y Shohei Ohtani.

Anoche contra los Medias Rojas de Boston, Moniak la volvió a desaparecer y tal como señala el San Diego Union -Tribune citando a Sportradar (compañía especializada en recopilar y analizar datos deportivos), se convirtió en el segundo pelotero que desde 1974 abre con jonrón en sus primeros 8 juegos de inicio en una temporada (George Springer 2017)

Siete años después, Mickey Moniak se apresta a escribir la mejor parte de su historia y acá estaremos para hablar al respecto.