Your browser doesn’t support HTML5 audio

Desde aquel momento cuando fue nombrado, la duda siempre estuvo ahí, fue aumentando con el paso de las horas y los días y tras aquella derrota inicial ante Venezuela, solo unos pocos seguían mostrando algo de certeza, pues la idea del caos comenzaba a ensombrecerlo todo.

Anoche tras caer frente a Puerto Rico, se concretó la peor pesadilla para una afición que diez años después de aquel título en 2013, volvió a soñar con la gloria.

Fue así, como decíamos, el sueño se convirtió en una atroz pesadilla y luego de caer 5-2 ante la novena boricua, el elenco quisqueyano dijo adiós al quinto Clásico Mundial de Béisbol, en la misma primera ronda.

La trascendencia

Pocos lo hubiesen pensado, pues a pesar de las ausencias, los criollos eran el gran favorito para alzar la corona de acuerdo con buena parte de los entendidos.

Hoy mientras escribo, se sigue hablando del tema, se hablará durante los próximos meses y puede incluso que dentro de veinte años todavía se recuerde el fiasco dominicano en el Clásico de 2023.

El gran culpable

Tal como suele suceder en los momentos de grandes crisis, se buscan culpables, unos piensan en la Federación, otros atizan la hoguera alrededor del gerente Nelson Cruz, sin embargo un nombre trasciende por encima de todos…  Rodney Linares.

Sí, como lo lee, Rodney Linares, el mismo que había sembrado ese montón de dudas cuando su nombramiento como mánager,  al que intentaron poner a la altura de los más grandes, el enemigo del toque de bola, el del semblante asustado y el tono dubitativo al hablar, este hombre es en este minuto, el Judas de la pelota dominicana.

 

La estampa de un perdedor

Ese Linares que vimos allá en Miami, desde aquel primer choque contra los morochos, no era el Linares del éxito como timonel en Ligas Menores, tampoco el coach de Banca de los Rays, no, ese Rodney Linares más parecido a un arlequín que al dirigente de la selección dominicana de béisbol, es el mismo que en LIDOM ha dejado una estela inconmensurable de fracasos.

– El gran perdedor- lo nombran muchos y en la memoria están bien frescos lo recuerdos de su paso por las Águilas Cibaeñas, las Estrellas Orientales y los Leones del Escogido y en este punto resulta imposible olvidar su despido durante la zafra 2021-2022, mientras llevaba las riendas del Escogido.

 

Esto que vimos ahora fue peor, casi inerte, sin argumentos o al hablar dando respuestas absurdas que es lo mismo, que si la mística, que si esto y aquello y se alude al pésimo manejo del pitcheo, al hecho de no apoyarse en la banca, manteniendo a un hombre como Rafael Devers en el mismo turno, cuando este bateaba apenas 125; se dirá esto pero más allá, lo a noción que se impone es esa de que Rodney Linares no era el indicado para estar allí en ese lugar durante estas jornadas de marzo.