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Los Yankees de Nueva York cerrarán el año con un sabor bastante agridulce en el paladar, eso seguro. Primero, estuvieron comandando la División Este de la Liga Americana en la temporada 2022 de las Grandes Ligas durante prácticamente todo el campeonato y al final, alcanzaron el banderín de dicha zona. Sin embargo, en los playoffs se quedaron con ganas de más al ser vapuleados en la Serie de Campeonato del joven circuito por los Astros de Houston.
No obstante, el momento difícil parece haber pasado y los Bombarderos cerrarán el año con una sonrisa en la cara tras haber concretado sus dos principales objetivos financieros. Estamos hablando de la recontratación de Aaron Judge a través de un acuerdo por 360 millones de dólares y 9 años de sus servicios, así como también de la llegada del lanzador Carlos Rodón a cambio de 162 ‘melones’ por 6 años de labor.
Con todo y esto, los Mulos del Bronx podrían intentar una adquisición más antes de que acabe el calendario en curso.
Nuevo objetivo en el horizonte
Para nadie es un secreto que la preocupación que sigue latente en las oficinas de la Gran Manzana es la del jardín izquierdo. Ahora mismo la novena más ganadora en la historia del béisbol sabe que cuenta con Harrison Bader para cubrir la pradera central y el mencionado Judge para custodiar la derecha.
El problema se presenta en el bosque restante, lugar que aparentemente deberá cuidar Aaron Hicks, un toletero que no ha rendido lo que se esperaba en los últimos tiempos y que el propio club ya intentó cambiar en varias ocasiones, aunque todas sin éxito.
Por esta razón, el portal Pinstripe Alley sugiere no una, sino 2 posibles alternativas para que Brian Cashman y el resto de la gerencia yankista intenten solventar el inconveniente. La primera, ya la analizamos y puedes leerla haciendo clic acá, y la segunda es nada más y nada menos que Robbie Grossman, ex de los Tigres de Detroit y de los Bravos de Atlanta.
El patrullero de 33 años se encuentra en la agencia libre intentando conseguir un pacto y bien puede quedar como anillo al dedo a las necesidades neoyorquinas. Se trata de un bateador promedio que disparó 23 cuadrangulares en 2021 y que aparte, posee una defensa más que decente. Por otra parte, podría conseguirse sin mucho esfuerzo económico, algo que vendría bien a una franquicia que ya ha gastado demasiado.