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En el mundo del béisbol, la capacidad de un equipo para descubrir y desarrollar el talento a menudo se considera un arte tan crucial como estratégico. En este sentido, los Dodgers de Los Ángeles han demostrado ser maestros en transformar jugadores con potencial subutilizado en verdaderas estrellas del diamante. En el pasado reciente, en numerosas ocasiones, esta franquicia ha logrado lo que muchos podrían considerar como una magia inexplicable: llevar a jugadores que habían estado experimentando temporadas difíciles y, al llegar a los Dodgers, convertirlos en contribuyentes esenciales en el campo.
¿Es coincidencia o hay un método detrás de esta transformación? La respuesta se encuentra en una combinación de factores, que van desde un sólido equipo de scouting hasta un entorno y un enfoque que favorecen el desarrollo y la excelencia.
Veamos los casos de éxitos más recientes:
Lance Lynn
Llegó justo antes del cierre de la fecha límite de cambios procedente de los Medias Blancas de Chicago. Hasta ese momento, el veterano estaba teniendo la peor temporada de su carrera. En 119 innings, le habían conectado 28 HR y su promedio de carrera limpias era de 6.47, la peor entre los 59 lanzadores abridores calificados hasta ese momento. Cuando se dio este movimiento, fueron muchos los que dudaron que la magia de Los Angeles iba a poder tocar este brazo. Equivocados estuvimos; En los Dodgers ha sido un lanzador completamente distinto. En 4 aperturas, ha permitido únicamente 4 carreras, dejando un registro de 3-0 y un microscópico promedio de carreras limpias, 1.44. Si nos remontamos al partido del 28 de julio, lleva 15 entradas consecutivas sin permitir anotaciones. Sencillamente impresionante.
JD Martínez
El bate de JD siempre ha sido de mucho respeto. Desde que llegó a MLB no ha parado de azotar el pitcheo contrario, sin embargo, ya entrando en una edad en la que la producción naturalmente comienza a descender, sumado a múltiples lesiones en el tobillo y las espaldas, se esperaba que la producción ofensiva del cubano-americano no tuviese gran impacto en una alineación de un equipo de Grandes Ligas, pero no los Dodgers.
Los números de JD fueron decentes el año pasado y de hecho, le valió para un espacio en el juego de las estrellas representando a los Medias Rojas de Boston, .274/.341/.448, con 16 HR en 533 turnos al bate. Pero es que este año, su poder ha regresado a niveles similares de cuando estaba en su prime: 25 HR en 345 AB, registrando un SLG de .554, el 4to mejor de su carrera.
Su frecuencia jonronera ha pasado 33.3 turnos al bate/HR en 2022 a 13.8AB/HR en 2023. Inexplicable.
Jayson Heyward
Selección de primera ronda de los Bravos en 2007, participación al juego de estrella en su primer año, y segundo a las votaciones del novato del año. Este jugador siempre tuvo potencial de convertirse en estrella, y por sus dotes defensivos se esperaba que estuviera en las conversaciones de los mejores jugadores de la liga, pero nunca fue el caso. Todo el trayecto de Heyward por MLB ha llevado la categoría de fiasco… hasta que llegó a Los Angeles.
En las últimas temporadas Heyward estaba siendo utilizado como un jugador de rol. Entrar en los innings finales a jugar defensa y las breves ocasiones que aparecía en la alineación inicial era contra un lanzador derecho.
Su última temporada en los cachorros, apenas 1 jonrón, un anémico promedio de bateo de .204 y slg de .227, hacían creer a muchos que la carrera de este eterno prospecto, llegaba a su fin. Pero no, los Dodgers lo llevaron a su laboratorio e hicieron la milagrosa transformación. Resultados: 11 HR y OPS de .798
Veamos otros casos brevemente y sin abundar demasiado:
Joe Kelly
2023, Medias Blancas de Chicago: 4.97 ERA, .228 avg de la oposición
2023, Dodgers de Los Angeles: 0.00 ERA, 0.91 avg de la oposición
Ryan Brasier
2023, Medias Rojas de Boston: 7.29 ERA, .286 avg de la oposición
2023, Dodgers de Los Angeles: 1.16 ERA, .133 avg de la oposición
Ryan Yarbrough
2023, Reales de Kansas City: 4.24 ERA, 1.20 WHIP
2023, Dodgers de Los Angeles: 1.74 ERA, 0.48 WHIP
Enrique Hernández:
2023, Medias Rojas de Boston: .599 OPS
2023, Dodgers de Los Angeles: .805 OPS
Amed Rosario
2023, Cleveland Guardians: 3 HR en 385 AB
2023, Los Angeles Dodgers: 3HR en 51 AB
El primer componente crucial en esta fórmula de éxito es el equipo de scouting de los Dodgers. Su habilidad para identificar jugadores con potencial subyacente, incluso cuando sus estadísticas podrían indicar lo contrario, es impresionante. Los Dodgers han sido capaces de ver más allá de las temporadas difíciles y detectar las habilidades latentes que pueden florecer con el enfoque y la orientación adecuados. Esta capacidad para descubrir diamantes en bruto ha sido un pilar fundamental en la transformación de jugadores.
Pero no se puede atribuir todo el mérito solo al scouting. La cultura y el entorno en los Dodgers también juegan un papel esencial en esta historia de éxito. Al unirse a un equipo reconocido por su competencia y mentalidad ganadora, los jugadores son parte de un ambiente que les exige lo mejor de sí mismos. La competencia interna y la presión por destacar en un equipo de alto nivel pueden ser un catalizador para la mejora. El respaldo de compañeros talentosos y de coaches experimentados crea un ambiente propicio para el crecimiento individual y colectivo.
El papel de los coaches no puede pasarse por alto. Los Dodgers han establecido una reputación por su capacidad para refinar las habilidades de sus jugadores y maximizar su potencial. Los entrenadores han sido fundamentales en ayudar a los jugadores a perfeccionar su técnica, mejorar su enfoque mental y adaptarse a las demandas del juego. El trabajo detrás de escena de estos profesionales a menudo es la chispa que enciende la transformación de un jugador.
En última instancia, los resultados no son coincidencia ni producto de la suerte. Detrás de la metamorfosis de jugadores con potencial subutilizado en estrellas de los Dodgers, se encuentra una combinación única de factores: el ojo agudo del equipo de scouting, el entorno competitivo y de apoyo, y la guía experta de los coaches. Esta fórmula no solo ha llevado a los Dodgers a la cima del béisbol, sino que también ha demostrado que la transformación verdadera y duradera es posible cuando el talento se cultiva con pasión y dedicación.
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