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El béisbol tiene su propio lenguaje cuando se trata de estadísticas y récords. Algunas de estas cifras son gloriosas, celebradas en la historia del deporte, mientras que otras reflejan el dolor y la frustración. En 2024, los Chicago White Sox se han asegurado un lugar en el lado oscuro de esa historia, empatando con los Mets de 1962 al alcanzar las 120 derrotas. Lo lograron con una caída de 4-2 ante los Padres de San Diego, una derrota que, más allá del número en la columna de partidos perdidos, lleva consigo el peso de una temporada que se ha sentido interminable.
¿Cómo se llega a 120 derrotas?
El camino hacia las 120 derrotas no es fácil, pero los White Sox han llegado ahí con una mezcla de ineficacia y falta de consistencia. A lo largo de la temporada, han desperdiciado 36 oportunidades de salvamento y lideran la liga en derrotas tras tener la ventaja en el marcador, con 56 juegos perdidos en los que habían tomado la delantera. Este último dato es especialmente revelador: no es solo que pierden, sino que pierden cuando parece que podrían ganar, cuando parece que hay una oportunidad de cambiar la narrativa de esta temporada.
El partido del domingo fue un microcosmos perfecto de la temporada. Con un jonrón solitario de Korey Lee y otro de Miguel Vargas, y con el novato Sean Burke lanzando seis entradas de calidad, los White Sox llegaron al octavo inning con una ventaja de 2-1. Pero como ha sucedido tantas veces este año, las cosas se desmoronaron rápidamente. Un doble de Donovan Solano, seguido por otro de Luis Arraez y un jonrón de Fernando Tatis Jr., sellaron la derrota para los de Chicago. Un desenlace conocido para un equipo que ha visto cómo se escapan innumerables victorias.
¿Qué significa llegar a este punto?
A lo largo de la temporada, el manager interino Grady Sizemore y sus jugadores han intentado desviar la atención de las derrotas y enfocarse en el desarrollo de los jóvenes talentos. En palabras de Sizemore, el objetivo es “recopilar información para el futuro”. Sin embargo, es difícil ver el futuro con optimismo cuando el presente está tan marcado por la derrota.
Es cierto que los White Sox no son el primer equipo en llegar a este punto. Los Mets de 1962, los Tigres de 2003 y otros equipos han pasado por temporadas desastrosas. Pero la cuestión no es solo la cantidad de derrotas, sino cómo estas afectan a la mentalidad de los jugadores y a la organización en su conjunto. En el béisbol, la derrota puede ser corrosiva. Si no se gestiona bien, puede hundir no solo una temporada, sino un proyecto completo.
¿Cómo se reconstruye desde aquí?
El veterano jardinero Andrew Benintendi expresó el sentir general del equipo al decir: “Es horrible tener que pasar por esto. Nadie quiere pasar por esto”. Y es que, aunque muchos de los jugadores jóvenes están acumulando experiencia, estas derrotas pueden dejar cicatrices. ¿Cómo mantienes la motivación cuando las derrotas se apilan? ¿Cómo evitas que una temporada tan mala marque el desarrollo de los jugadores más jóvenes?
A corto plazo, los White Sox deben enfocarse en cerrar la temporada de la mejor manera posible. Les quedan unos pocos partidos, y, aunque el récord ya está establecido, evitar más derrotas en casa sería un pequeño consuelo. Con una serie final en Detroit, los jugadores como Burke y Vargas tendrán la oportunidad de seguir demostrando su valía para el futuro.
Un espejo para el futuro: ¿Qué lecciones aprender?
Aunque esta temporada de pesadilla ha sido dolorosa, las lecciones que se pueden extraer serán fundamentales para el futuro. La rotación de lanzadores ha sido un punto crítico, y el trabajo del novato Sean Burke el domingo es un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Burke, con sus ocho ponches y solo dos hits permitidos, mostró el tipo de promesa que los White Sox necesitan desesperadamente.
El receptor Korey Lee, con su jonrón ante Yu Darvish, también destacó la necesidad de mantener una mentalidad positiva, aunque reconoció la dificultad de lidiar con la situación: “Si estás contento con esto, entonces no sé qué estás haciendo aquí”, afirmó Lee con franqueza.
El futuro inmediato
A medida que los White Sox cierran este capítulo oscuro de su historia, la organización tiene que hacer un balance honesto de qué salió mal y cómo pueden evitar que esto vuelva a suceder. Hay destellos de talento en el equipo, pero los próximos movimientos serán cruciales para definir si este año es un bache temporal o el comienzo de una crisis más profunda.
Lo que está claro es que este récord, aunque doloroso, no debe definir el futuro de los White Sox. La reconstrucción no será fácil, pero con la mentalidad correcta, esta temporada podría ser el catalizador de una nueva era para el equipo. Al fin y al cabo, si algo ha demostrado la historia del béisbol, es que siempre hay una oportunidad para redimirse, incluso después de una temporada tan dura como la de 2024.