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Willie Mays, cuya inigualable colección de habilidades lo hizo convertirse en el más grande jardinero central de la hora, falleció la tarde del martes a los 93 años, anunciaron los San Francisco Giants.
El “Say Hey Kid” dejó una marca indeleble en el beisbol con su nombre como constante en el libro de récords de las Grandes Ligas y por sus proezas a la defensiva.
“Toda la Liga Mayor de Béisbol está de luto hoy mientras estamos reunidos en el mismo estadio donde comenzó una carrera y un legado como ningún otro”, dijo el comisionado Rob Manfred en un comunicado. “Willie Mays llevó su brillantez integral desde los Barones Negros de Birmingham de la Liga Negra Americana a la histórica franquicia de los Gigantes. De costa a costa en Nueva York y San Francisco, Willie inspiró a generaciones de jugadores y fanáticos a medida que el juego crecía y realmente ganaba. Su lugar como nuestro Pasatiempo Nacional.”
Una carrera que duró más de 20 años (1951-73), la mayoría de ellos con sus amados Giants, Mays fue seleccionado a 24 equipos All-Star, ganó dos premios como Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y sumó 12 Guantes de Oro. Es sexto en la historia de Grandes Ligas con 660, séptimo en carreras anotadas (2,068), el No. 12 en carreras impulsadas (1.909) y el No. 13 en hits (3,293).
Willie Mays wasn’t just a singular athlete, blessed with an unmatched combination of grace, skill and power. He was also a wonderfully warm and generous person – and an inspiration to an entire generation. I’m lucky to have spent time with him over the years, and Michelle and I… pic.twitter.com/tpO3O9B9yc
— Barack Obama (@BarackObama) June 19, 2024
Mays superó los 50 jonrones con 10 años de diferencia, en 1955 y 1965, conectó cuatro jonrones en un juego en Milwaukee el 30 de abril de 1961 y bateó .301 en su vida. Fue la atrapada por encima del hombro que hizo en el primer partido de la Serie Mundial de 1954 en el Polo Grounds de Nueva York, robándole a Vic Wertz de Cleveland un hit potencial para ganar el juego.
Mays pasó sus últimos años en la gran carpa, como asistente especial del presidente de los Gigantes, y permaneció en la organización, frecuentemente asesorando a Bonds, su ahijado, durante el resto de su carrera, hasta su muerte.