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Aquel día de marzo, cuando la nueva temporada empezó, debía estar allí con el primer equipo. Esa era la idea, lo había hecho bien en primavera, mejor incluso que en aquel otro mes de marzo a inicios de 2022, pero no, cuando Julio Urías subió a la lomita para enfrentar a Arizona, muchos se extrañaron al no ver en el banco de los Dodgers al prospectazo del que tanto se hablaba desde hacía ya par de años.

Pasaron las horas, se sucedieron las semanas y tras el primer mes, cuando el elenco californiano intentaba encontrar el ritmo de competencia adecuado, Bobby Miller seguía demostrando en Ligas Menores que ya no pertenecía a ese lugar.

Luego de tres zafras en las granjas del combinado angelino, Miller era catalogado por MLB Pipeline como el segundo prospecto de la organización y uno de los más prominentes en todo el circuito beisbolero y sus números en este lapso reflejaban a las claras dicha condición.

Números y un poco más

Refiere Baseball- Reference que, en el mencionado tramo, el espigado serpentinero dejó récord de 10-10, con efectividad de 3,79 y 227 ponches en 183 tramos de labor.

Estaban sus números y al mismo tiempo los reportes aludían a su exagerada bola rápida, constante sobre las 98 millas, así como a sus buenos rompientes, de modo particular se le daba el crédito a una slider cortante que dejaba sin opciones a los bateadores rivales.

Eso fue lo que vimos en aquel Spring Training cuando ante los ojos del mundo le propinó un estruendoso ponche al mismo Shohei Ohtani. Un suceso este del que se estuvo hablando por mucho tiempo, hasta casi convertirse una leyenda urbana.

La figura

La sensación era tal, que cuando Bobby Miller subió al box en el Truist Park el pasado 24 de mayo para hacer su debut en Grandes Ligas, tal parecía que se trataba de un viejo conocido que simplemente estaba regresando al lugar donde hacía rato debía estar.

Y sí, todo empezó en Atlanta y en cinco entradas, Miller refrendó en toda la lid que era su hora para brillar en la Gran Carpa. A sus 24 años lanzó una joya de pitcheo, a la altura de los grandes; cinco innings, cinco ponches, una base por bolas, apenas cuatro hits y una carrera.

Debut soñado

Pletórico, imponente y los presentes en ese pedazo de tierra allá en Georgia, solo atinaban a musitar palabras de asombro, incluso el propio el propio mánager de los Bravos, Brian Snitker quedó perplejo ante semejante derroche de talento.

La trama no moriría ahí, pues días después, Miller eclipsaría a los Yankees en seis tramos, permitiendo un solo hit y ganándose los elogios del polémico Aaron Boone.

Dejando su huella

Hace solo unas horas, en la mítica Filadelfia, el imponente novato siguió extendiendo su huella esta campaña, luego de protagonizar otra excelente salida.

En 6 capítulos, Bobby Miller solventó solo 3 hits, otorgando 3 bases por bolas y ponchando a siete, para agenciarse su tercera victoria en cuatro aperturas.

Reescribió la historia, estampando su nombre en los anales del juego, pues tal como lo reseña MLB.com, Miller se convirtió en el primer pitcher de la era moderna, que en sus primeras cuatro apariciones deja récord de 3-0, una efectividad inferior a 1,00, propina 23 ponches y recibe 15 hits o menos.

La luz que necesitaban en California

Sin dudas es lo mejor que le podía pasar a los Dodgers en este instante, luego de los reiterados problemas de lesión en su rotación abridora y la respectiva incertidumbre que rodea en este minuto a figuras como Julio Urías y Tony Gonsolin.

¿Cuál es límite para Bobby Miller? el tiempo y el terreno dirán, por ahora, los hechos al parecer, están conspirando a su favor y eso puede marcar la diferencia.