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A comienzos de diciembre, le contó al New York Daily News que había pensado ir a los Astros pero en su fuero interno estaba un sentimiento de fuerte arraigo con Nueva York y los Yankees, llevaba menos de dos años allí en el Bronx y era como si hubiese estado siempre.
Y sí, todos lo sabemos Anthony Rizzo volvió a firmar con los Mulos de Manhattan, lo hizo por tres años y 51 millones de dólares y cuando muchos hablaban de Aaron Judge y Carlos Rodón y era lo obvio, cuando eso ocurría, pocos se pararon a meditar que retener a Rizzo podía ser uno de los buenos movimientos de la gerencia en esta temporada baja.
La estela de Rizzo
En perspectiva los hechos aluden que se trato del segundo mejor bateador de los Bombarderos en la pasada campaña y a sus 33 años, el otrora jugador de Padres de San Diego y Cachorros de Chicago ha tomado un segundo aire en su carrera tras asentarse allí a orillas del río Hudson.
Refieren el New York Post y MLB.com que desde su llegada a los Yankees, el campeón de la Serie Mundial en 2016, ha sumado 179 juegos, con 40 jonrones, 96 carreras impulsadas y un OPS de 804.
De modo particular en la anterior temporada, en 130 desafíos, Rizzo compiló una escueto average de 224 pero sonó 32 batazos de vuelta completa, además de remolcar 75 compañeros para el plato.
Números y un poco más
A su vez, el recio primera base, pegó además 21 dobles y su OPS de 817, habla a las claras del impacto de su madero en la dinámica de juego del combinado neoyorkino.
Desde Mark Teixeira, allá a mediados de la pasada década, desde aquel entonces, los Yankees no contaban con un primera base de semejante consistencia y de hecho, si como todos esperan, Rizzo sale de titular el venidero 30 de marzo ante los Gigantes de San Francisco, estaría emulando a la mencionada leyenda, al repetir en la inicial durante dos Juegos Inaugurales de forma consecutiva, algo que no ocurría desde las zafras de 2015 y 2016, tal como lo cuenta el Daily News.
Cuestión de enfoque
El dato trasciende y es importante, pero se trata más bien de algo simbólico que queda relegado a un segundo plano ante la propia actitud y por ende ante la personalidad de Anthony Rizzo, quien ha reiterado en numerosas ocasiones que su enfoque está en salir y dar lo mejor para los Yankees y la afición.
Dicen que se ha preparado mejor incluso para esta campaña, que sus problemas de espalda han desaparecido y entonces resulta imposible no imaginar siquiera un año de 40 jonrones y hasta de 100 impulsadas; están otra vez Aaron Judge y Giancarlo Stanton como los pesos pesados en la potente artillería yankee, pero señores, con Anthony Rizzo habrá que contar de a todas.
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