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La llegada de Jasson Domínguez a los New York Yankees marca el inicio de una nueva era llena de expectativas y promesas. Con solo 21 años, el talentoso jardinero dominicano ha comenzado a escribir su historia en las Grandes Ligas, y lo ha hecho con un mensaje profundo y emocional dirigido a los fanáticos del Bronx. En un ensayo publicado por The Players’ Tribune, Domínguez compartió su viaje lleno de retos, sacrificios y determinación, ofreciendo una reflexión que va mucho más allá del deporte.

En su carta, titulada “Un mensaje para Nueva York”, Domínguez recuerda una de sus frases favoritas: “Tanto nadar para morir en la orilla”. Esta expresión, profundamente enraizada en la cultura dominicana, encierra el significado de todo el esfuerzo y sacrificio que una persona debe hacer para alcanzar sus sueños, solo para enfrentarse a la posibilidad de fallar justo antes de lograrlos. Pero para Domínguez, esta frase es más que un recordatorio de los desafíos; es una declaración de resistencia.

Una historia de lucha y superación

Domínguez no ha tenido un camino fácil en el béisbol. Las lesiones, incluyendo un desgarro de ligamento en su codo y una lesión en el oblicuo, han amenazado con frenar su progreso en momentos clave de su carrera. Sin embargo, lo que podría haber quebrado el espíritu de muchos jugadores, sirvió para encender una llama en él. “Estoy cansado de sentirme mal por mí mismo”, escribe Domínguez en su ensayo, un reflejo de su mentalidad de luchador. En lugar de rendirse, se enfocó en el trabajo duro, en superar cada obstáculo y en demostrar que su lugar está en el terreno de juego.

A través de esta narrativa, Domínguez logra conectar con la afición no solo por su talento, sino por su humanidad. Relata cómo, a los 8 años, siendo un “calienta-banca” en la República Dominicana, su padre le dio un consejo que cambió su vida, infundiéndole la ética de trabajo que lo ha llevado hasta donde está hoy. A lo largo de su carrera, ha enfrentado retos tanto físicos como emocionales, pero su respuesta ha sido siempre la misma: perseverar.

Un futuro incierto, pero lleno de promesas

En su mensaje, Domínguez también aborda las incertidumbres que rodean su futuro, reconociendo que no puede predecir lo que vendrá, pero asegurando a los fanáticos que está listo para darlo todo en el presente. “No sé lo que depara el futuro, pero les puedo prometer algo: no he llegado hasta aquí para morir en la orilla”, escribe con una convicción que sin duda resonará entre los seguidores de los Yankees.

Esa frase, repetida varias veces a lo largo de su ensayo, encapsula su determinación de no dejar que las adversidades lo definan. Para él, el pasado es importante, pero no suficiente. Su enfoque está en el presente y en cumplir con las altas expectativas que él mismo y los fanáticos han depositado en su futuro con los Yankees.

Un héroe en construcción

Domínguez es consciente de las dificultades que ha enfrentado su equipo esta temporada. Las expectativas sobre los Yankees, un club con una historia tan rica y prestigiosa, son siempre altísimas, y él no es ajeno a esa presión. Sin embargo, lejos de achicarse ante el reto, el joven pelotero quiere ser parte de la solución, no del problema. “Quiero ayudar a que vuelvan a creer”, concluye, mostrando no solo un gran sentido de responsabilidad, sino también un profundo respeto hacia la tradición de la franquicia.

Esta honestidad y madurez, sumadas a su innegable talento en el campo, han hecho de Domínguez un jugador que promete convertirse en un favorito de la afición neoyorquina. Pero no solo por su desempeño, sino porque su historia personal resuena con la esencia misma del béisbol: la lucha constante, la superación de los obstáculos y la búsqueda incesante del éxito.

El desafío de ser un Yankee

El camino de Jasson Domínguez en las Grandes Ligas apenas comienza, pero ya está lleno de significados profundos. No solo está lidiando con la presión de ser considerado una de las promesas más grandes de los Yankees, sino que lo hace con una humildad y gratitud evidentes en sus palabras. En su mensaje, no solo invita a los fanáticos a apoyarlo, sino también a compartir con él el viaje, sabiendo que habrá altibajos, pero prometiendo que su entrega será total.

Para los Yankees, un equipo que ha tenido una temporada llena de altibajos, Domínguez representa una chispa de esperanza. Su llegada no es solo una oportunidad para mejorar el rendimiento en el campo, sino un recordatorio de lo que significa ser un Yankee: luchar siempre, incluso cuando las probabilidades no estén a tu favor, y no rendirse antes de llegar a la orilla.

Domínguez tiene todo el potencial para ser ese jugador que inspire a los demás y lleve a los Yankees a nuevas alturas. Y si su mensaje a los fanáticos es una indicación, está listo para enfrentar lo que venga, sabiendo que no nadará todo este tiempo solo para quedarse en la orilla.

MLB