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Otra vez, tal como sucedió aquel primer día hace ya veintiséis años, los Yankees y los Mets se volvieron a enfrentar en un duelo de temporada regular.

Fue allá en Queens, en el legendario Citi Field y allí, entre el olor a palomitas de maíz y cerveza, en medio de gorras y fotos y un montón de recuerdos, fue imposible no evocar aquel primer juego un 16 de junio de 1997 o aquella legendaria Serie Mundial en el 2000; Mariano entrando a relevar; Mike Piazza bateando y el final, épico… Bernie Williams como un alter ego de Willie Mays, corriendo y atrapando la bola para el out 27.

Por un lado, el rostro pétreo de Tom Seaver allí a las afueras del estadio, por el otro, la sonrisa pletórica de Derek Jeter… esa mística parecía invadir todo y los Mulos ganaron, 7-6, lograron remontar un partido que la mayoría daba por perdido a la altura del quinto inning y el cierre magistral de Clay Holmes, resultó ser el colofón perfecto para una jornada cargada de historia.

Uno de los temas del momento

Los Yankees ganaron, llegaron a 39 triunfos y al instante de escribir este texto, apenas restan minutos para que comience el segundo partido de esta serie, sin embargo, en medio del frenesí, un tema sigue marcando la agenda mediática en el entorno de los Bombarderos…

Se trata de Anthony Volpe, pues tal como comentamos en anteriores trabajos, resulta preocupante el desplome ofensivo del prospecto y si bien este martes, logró compilar de 4-2, su anémico promedio de 191, mantiene prendida las alarmas.

El perenne dilema

Es una realidad y a la vez que Volpe recorta para 191/264/621 y en junio toca fondo de una manera notoria, cuando esto ocurre, en Ligas Menores, el también prospecto Oswald Peraza sigue masacrando el pitcheo.

Como lo lee, a poco más de un mes de haber sido bajado a Triple A, luego de un anémico rendimiento ofensivo durante 12 encuentros con el equipo grande; después de esto, el criollo parece retomar esa forma que lo llevó el año anterior a debutar en Grandes Ligas.

En 29 partidos con Scranton/ Wilkes- Barre, Peraza proyecta una línea de 307/377/581, con 10 bambinazos y 22 remolques.

La expectativa

En este punto cabe recordar que se trata de un jugador probado al primer nivel y esos 18 juegos en MLB durante la pasada campaña nos dan la medida exacta de lo que hablamos.

Por aquel entonces, el caribeño ligó para 306/404/429, con 3 dobles y un jonrón como extrabases, dejando las mejores sensaciones en la exigente fanaticada del elenco del Bronx, la misma que en este minuto, mientras escribo, se pregunta sobre su inminente regreso a Las Mayores.

Es el movimiento que tanto esperan allí en Manhattan y en todo el universo yankee… ¿cuándo volverá Oswald Peraza a la Gran Carpa?, el tiempo como siempre dirá.