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La temporada 2025 de las Grandes Ligas ha arrancado con una cifra que reafirma una tendencia histórica: la República Dominicana vuelve a ser, con amplio margen, el país con mayor número de jugadores extranjeros en la MLB. Exactamente 100 peloteros dominicanos integran los rosters de los 30 equipos del mejor béisbol del planeta, confirmando el peso específico que el país caribeño tiene en esta industria multimillonaria.
Este número no solo refleja la cantidad, sino también la calidad de los talentos dominicanos. Figuras como Juan Soto, Fernando Tatis Jr., Vladimir Guerrero Jr., Framber Valdez, Rafael Devers y Sandy Alcántara no solo están consolidados, sino que muchos de ellos lideran sus respectivos equipos como rostros de franquicia. De hecho, Juan Soto protagonizó uno de los movimientos más mediáticos del año tras firmar con los New York Mets un contrato de 765 millones de dólares por 15 temporadas, una cifra sin precedentes en la historia del deporte.
El impacto de los dominicanos va más allá del rendimiento individual. En los rankings de los mejores bateadores y lanzadores de las primeras semanas, múltiples nombres dominicanos figuran en el Top 10. La ofensiva dominicana sigue siendo temida por su potencia, su agresividad en el plato y su capacidad de conectar extrabases en cualquier estadio. En el pitcheo, jóvenes como Eury Pérez se suman a una camada sólida que mezcla experiencia con proyección.
Además, las academias de desarrollo en suelo dominicano, impulsadas tanto por equipos de la MLB como por estructuras independientes, continúan nutriendo el sistema. La inversión en captación, formación y profesionalización de jóvenes talentos es una de las razones detrás de esta supremacía. En San Pedro, Santiago, La Romana o Boca Chica, el béisbol no es solo un deporte: es una aspiración de vida.
Este liderazgo se traduce también en lo simbólico: República Dominicana no es solo una fábrica de peloteros, sino un motor cultural para la MLB. Desde las celebraciones en el dugout hasta la música que suena en los camerinos, la influencia dominicana se siente en cada rincón de la liga.
Con una nueva generación lista para tomar el relevo, y veteranos aún en su prime, 2025 será otro año en el que la MLB hablará con acento dominicano.